El impuesto sobre envoltorios de papel y cartón que podría poner en peligro la baguette francesa

En Francia, ir a la panadería del barrio y pedir la baguette o el cruasán de camino al trabajo es un acto cotidiano que no tiene nada de polémico. Sin embargo, una nueva política ecológica podría cambiar esta situación. En las últimas semanas, los panaderos franceses han expresado su indignación por una nueva tasa de reciclaje que afecta al papel y las cajas de cartón utilizadas para envolver baguettes, pasteles, tartas y demás productos de repostería y bollería.
Por cada cliente que pase por caja, las panaderías deberán pagar un impuesto de 0,0075 céntimos de euro. El objetivo es que contribuyan a los costes del reciclado de sus envases y acaben reduciendo la cantidad de residuos, en un intento de proteger el medioambiente.
La idea de contribuir a la lucha contra los residuos materiales no es nueva. Antes, las panaderías tenían que declarar todos y cada uno de los envases que utilizaban para calcular su contribución anual a la lucha contra la producción de residuos. El nuevo impuesto sobre envases pretende simplificar este complejo sistema administrativo. Así, se han introducido contribuciones similares para otros profesionales del sector de la alimentación como carniceros y queseros.
Numerosas quejas ante otro impuesto más
Los panaderos franceses argumentan que este impuesto supone una nueva carga en una economía ya plagada de gastos por el aumento de los costes energéticos y la inflación en ingredientes básicos, como la harina o el azúcar. Desde 2022, el Gobierno de Francia ha lanzado varios paquetes de ayudas para ayudar a los panaderos que tuvieron que hacer frente a la subida de los precios de la electricidad y el gas tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.
Para algunos, este impuesto sobre el papel y las cajas de cartón utilizadas para envasar productos es una tasa más que soportar. "Es la gota que colma el vaso", ha declarado Dominique Anract, presidente de la Confederación Nacional de Panadería y Pastelería de Francia, al diario 'Le Figaro'.
Una panadería media recibe 300 clientes al día, durante seis días a la semana, lo que supondría un impuesto anual, correspondiente a los envoltorios, de unos 700 euros. Dominique Anract aconsejó a los panaderos que subieran ligeramente el precio de sus productos para contrarrestar los efectos del impuesto en sus ingresos.
A los profesionales del sector también les preocupan los efectos que las tasas podrían tener en sus clientes, en un país donde las panaderías independientes siguen representando el 52% de las ventas de pan. Cada día, 12 millones de franceses compran una baguette. Más que una simple barra de pan, es un símbolo cultural. En 2022, la UNESCO la incluyó en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La solución podría consistir simplemente en adoptar bolsas de tela reutilizables, conocidas tradicionalmente como 'sacs à pain' y cuyo uso se extendió en tiempos pasados. Envuelta en papel o no, mientras continúa la polémica, los franceses no parecen dispuestos a renunciar a su querida baguette.
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