El teatro Old Market de Brighton sigue innovando en su 200 aniversario

El teatro Old Market está preparándose para ofrecer una serie de espectáculos al público de Brighton, al sur de Inglaterra; unos espectadores enamorados de la innovadora programación que ha definido a este teatro único, que en 2025 cumple 200 años.
Con motivo del aniversario, este teatro ha puesto en marcha una campaña de recaudación de fondos respaldada por el grupo artístico STOMP y Fatboy Slim, con el objetivo de recaudar 100.000 libras (119.000 euros) antes de finales de año para llevar a cabo importantes reformas en el edificio.
Cuando se fundó en 1825, el Old Market era un mercado. El arquitecto Charles Busby diseñó el edificio original de la época de la Regencia para dar servicio al cada vez más popular puerto de Hove, en la zona de Brunswick. Durante un tiempo, continuó siendo un mercado antes de convertirse en una academia de equitación. Como todos los viejos teatros británicos, el Old Market tiene su ración de leyenda negra. "Todavía se rumorea que hay un caballo fantasma que deambula por el edificio", explica a 'Euronews' el director creativo del teatro.
En la década de 1980, el edificio se convirtió en un centro artístico. Renovado para dar cabida a programas culturales, el local acogió la imaginación creativa de Steve McNicholas y Luke Cresswell. Ambos crearon el popular grupo de teatro de percusión STOMP.
Jewell colabora con el teatro desde que STOMP compró el local en 2010. En aquel momento, el teatro iba a entrar en suspensión de pagos y el grupo de Brighton no quería que una parte tan importante de su carrera creativa se echara a perder. "Para ellos era un proyecto apasionante", explica Jewell. "No teníamos ni idea de hacia dónde iba a ir el programa, así que creció de forma muy orgánica". Jewell dice que el nuevo proyecto creció entre géneros, de forma parecida a como los espectáculos de STOMP viven entre el teatro, la percusión y la música.
Desde el principio, el nuevo teatro ha abogado por obras igualmente multidisciplinares, y cuenta con la versatilidad necesaria para presentar una amplia gama de espectáculos, como su serie In The Box. En ella el público se sumerge en proyecciones inmersivas mientras se suceden diversos espectáculos en directo. Este entorno ha sido utilizado por artistas de todo tipo, desde el propio Fatboy Slim hasta por intérpretes de poesía. A finales de año, James Lavelle traerá de vuelta a su grupo de trip-hop UNKLE Sounds para un espectáculo único.
Además de elementos técnicamente impresionantes, la programación también aboga por la diversidad. Su iniciativa Reigning Women ha programado 77 artistas femeninas desde 2018. Este año, tienen espectáculos como 'I AM - OommoO', una noche de narración afrofuturista en la que la escritora LULA.XYZ explora su herencia etíope-británica con los guantes MiMu que hizo famosos Imogen Heap.
"Trabajamos con muchos artistas emergentes, pero también es un espacio encantador para que vengan algunos de los gigantes de la industria, como Norman [Fatboy Slim]", afirma Jewells. "Creo que es muy importante, ya que en estos momentos estamos perdiendo este tipo de espacios con mucha rapidez".
No es un momento feliz para las artes en Reino Unido. Cuatro de cada diez teatros podrían verse abocados al cierre en los próximos cinco años si no se realizan importantes inversiones, según un informe de la Society of London Theatre (SOLT) y UK Theatre publicado el año pasado.
Las salas de teatro y música corren un mayor riesgo en la economía actual debido al aumento de los costes de alquiler y energía, y al menor interés por los eventos presenciales desde la pandemia. "Nos enfrentamos al hecho de que la gente está pasando apuros económicos. Así que no podemos subir el precio de las entradas hasta un nivel que sería sostenible", afirma Jewell.
Durante la última década, el teatro ha podido funcionar, en parte, gracias a la financiación de STOMP. El pasado abril la organización pasó a ser benéfica. Esto les ha permitido diversificar sus fuentes de ingresos, pero también han perdido cierta seguridad financiera.
Como ocurre con cualquier edificio de 200 años de antigüedad, hay que renovarlo: desde nuevas capas de pintura hasta la mejora de la iluminación y el sonido. Con los costes que conlleva la gestión de una sala en un edificio histórico, quizás el local se conformaría con una programación más corriente. ¿Por qué no presentar un Shakespeare con una cara conocida para atraer al público de Brighton?
"Hay un montón de espacios que hacen muy bien ese tipo de textos clásicos, pero nuestro cometido siempre ha sido la innovación", responde Jewell. "También tenemos un público que busca experiencias y quiere hacer ese viaje con nosotros". Otro ejemplo de esta innovación es #TOMtech, que utiliza el espacio para fusionar la actuación tradicional con la tecnología. Se anima a los artistas a adoptar nuevas tecnologías como la realidad virtual, la realidad aumentada, la captura de movimiento y la grabación en 360 grados.
También está en la forma en que el emplazamiento, conocido coloquialmente como TOM, interactúa con la comunidad. Durante los últimos cinco años, han contado con la asociación Hera, una iniciativa junto al servicio público de salud británico para informar a la programación del teatro de las necesidades de salud y bienestar del público.
Este enfoque de la programación también puede reportar beneficios tanto económicos como culturales. Del mismo modo que STOMP pudo crecer hasta convertirse en el éxito internacional que participó en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, más espectáculos saldrán de espacios como TOM. "Creo que es una falta de visión de futuro no ayudar a las salas que están creando obras que acabarán generando enormes beneficios económicos", afirma Jewell. "Es muy importante que salvaguardemos una línea de producción. De lo contrario, nos quedaremos sin artistas. Están sometidos a una enorme presión y no tienen espacio para jugar, romper cosas y probarlas. Ahí es donde se hace el buen trabajo, ¿no?".
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