El CEO de Strava quiere poner a Wall Street a correr (y a compararse)

Hay un dicho muy popular entre los corredores: “Si no sale en Strava no ha ocurrido”. La aplicación deportiva, que permite mostrar a amigos y no tan amigos los entrenamientos que uno ha realizado, está de moda. Su éxito bebe de la fiebre por el deporte originada en la pandemia, así como de varias actitudes que los profesores nos recomendaron no hacer en el colegio: presumir y compararse. El consejero delegado de la start-up, Michael Martin, fichado hace poco más de un año para llevar a la firma al siguiente nivel, avanzó hace unas semanas que el próximo paso será dar el salto a la Bolsa.
Corredor solitario
Martin redescubrió el correr gracias a Strava, pero trabajar en la firma le ha vuelto a convertir en un corredor solitario. Cuenta que le encantaría participar en alguno de los populares clubes para correr que hay por su zona, pero, cada vez que lo intenta y cuenta dónde trabaja, el entrenamiento se para y todo el mundo le empieza a hacer consultas y requerimientos para mejorar la aplicación. El líder de la plataforma social por excelencia para hacer deporte se ve, pues, obligado a ser asocial.
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