Las claves: Airbus y la gestión de las turbulencias
Mucho se ha hablado en los últimos meses de los problemas de la fabricante estadounidense de aviones Boeing, y de la oportunidad que ello podía suponer para Airbus. Sin embargo, las alegrías, como las penas, no solo van por barrios, sino que pueden cambiar con relativa facilidad. En apenas 48 horas, el grupo europeo ha tenido que aterrizar 6.000 aviones para realizar unas modificaciones que los protegiese de las radiaciones solares, en una demostración de eficiencia y tratamiento conservador de los problemas digna de mención (y de comparación con el caso de Boeing). Pero, cuando parecía que el fabricante había salido airoso, un nuevo aviso de problemas técnicos (esta vez en el fuselaje) se añadió ayer a la lista, resultando en una fuerte caída en Bolsa. Estos sustos, aunque por el momento circunstanciales, pueden hacer peligrar los objetivos del conglomerado europeo, que aspira –gracias a la debilidad de su competidor estadounidense– a conseguir su ambicioso objetivo de entregas a cierre de este año. Los inversores estarán atentos a estos datos y a la gestión de estas y otras posibles turbulencias.
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