Los bufetes abren la puerta a las inversiones de capital: ¿Se acabó el club privado de abogados?


Las cúpulas de poder en los bufetes se han caracterizado por ser un club privado de abogados, donde las decisiones estratégicas y los beneficios se reparten entre los socios. Sin embargo, varios bufetes han abierto la puerta a un cambio de estructura. La sociatura ya no parece un entorno elitista. Ahora, los perfiles más poderosos de la firma están haciendo hueco a socios capitalistas en los sillones directivos. Su objetivo: inyectar dinero y abrir la mira a nuevos mercados, para hacer más caja y multiplicar su crecimiento en los próximos años.
Caso Arriaga, ¿una financiación fallida?
La inyección de fondos puede ser una espada de doble filo. Es el caso de Arriaga que, después de adquirir capital del fondo británico Pemberton en 2018, ha tenido que solicitar el concurso voluntario para intentar salir a flote. “Es un ejemplo de fracaso”, afirma Rafael Mery, socio de Mirada360 y director en Latinoamérica. El despacho recibió fondos para financiar las demandas de sus clientes, a quienes les cobraba “una comisión entre el 10% y el 15%”, cuenta Mery. Según el analista, no es un caso similar al de Ecija o Auren, ya que Pemberton no ingresó a la propiedad de Arriaga. “Solo aportó capital, lo que era un riesgo muy alto”, asevera. El préstamo del fondo fue de 45 millones de euros. Pero el despacho, que llegó a contar con la imagen publicitaria de Iker Casillas, no fue capaz de sacar partido a esa inyección económica. “Varios intentos de reestructuración y negociación después, hoy el fondo inglés quiere su dinero de vuelta”, concluye el analista.
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