El presidente eslovaco, Robert Fico, asistirá al 80º aniversario del Día de la Victoria en Moscú

"Nadie puede ordenarme dónde ir o no ir", ha replicado el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, después de que la responsable de la política exterior de la Unión Europea haya advertido a los líderes del continente de que no viajen a Moscú para asistir al desfile anual de la victoria frente a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Conocido por sus posturas populistas y favorables al Kremlin, Fico ha declarado en varias ocasiones que asistirá a las celebraciones militares del 9 de mayo en la capital rusa, que este año conmemorarán 80 años tras la claudicación del régimen nazi, en 1945.
"Cualquier participación en los desfiles o celebraciones del 9 de mayo en Moscú no se tomará a la ligera por parte de Europa, teniendo en cuenta que Rusia está librando una guerra a gran escala contra nuestro continente", declaró la alta representante Kaja Kallas el pasado lunes en Luxemburgo. "Hemos dejado muy claro que no queremos que ningún país candidato participe en estos actos del 9 de mayo en Moscú", añadió Kallas, quien pidió a los Estados miembros que, en su lugar, envíen a sus representantes a la capital de Ucrania.
Fico ha calificado de irrespetuosas las declaraciones de la política. "Señora Kallas, me gustaría informarle de que soy un primer ministro legítimo de Eslovaquia, un país soberano", ha Fico en un comunicado. "Iré a Moscú el 9 de mayo".
El Kremlin ha utilizado las celebraciones anuales del Día de la Victoria para promocionar a sus fuerzas armadas. El presidente ruso, Vladímir Putin, aclamó a las tropas rusas que luchan en Ucrania como "héroes" en el desfile del año pasado.
El primer ministro eslovaco volvió al poder el año pasado después de que Smer, formación populista considerada por los analistas como "económicamente de izquierdas y conservadora en lo cultural", ganara las elecciones. Desde entonces, ha puesto fin al apoyo militar de su país a Ucrania, ha arremetido contra las sanciones de la UE a Rusia, ha discutido con Kiev sobre el tránsito de gas ruso por el país y ha prometido bloquear el ingreso de Ucrania en la OTAN.
A diferencia de muchos políticos occidentales, Fico no ha visitado Kiev desde el inicio de la invasión rusa a gran escala hace más de tres años. Su Gobierno se ha enfrentado a continuas protestas contra sus políticas. La más reciente está vinculada a un proyecto de ley dirigido a las ONG, que ha hecho temer una represión al estilo ruso. Esta legislación propone que ciertas ONG sean etiquetadas como 'lobbies' y enfrenten se enfrenten a obligaciones como la revelación de la identidad de sus donantes.