Cómo pueden afectar a su salud las "peligrosas" sustancias químicas detectadas en productos de la UE

El año pasado se registró un número récord de productos de consumo nocivos en la Unión Europea, siendo las sustancias químicas potencialmente tóxicas las principales responsables.
Según un nuevo informe de la Comisión Europea, en 2024 se produjeron más de 4.100 alertas sobre este tipo de productos, el nivel más alto registrado en las dos últimas décadas. Según este informe, se encontraron "sustancias químicas peligrosas" en cosméticos, líquidos para vapear, ropa, bisutería barata y juguetes.
Las advertencias llegaron a través del Sistema de Alerta Rápida Safety Gate de la UE, que permite a los países informar sobre productos de consumo y profesionales que suponen una amenaza para la salud y el bienestar de las personas.
Abarca desde sustancias químicas prohibidas hasta riesgos de asfixia o estrangulamiento y productos que pueden dañar el oído o la vista. Los alimentos y los medicamentos no están incluidos porque tienen su propio sistema de alerta.
He aquí algunas de las principales sustancias químicas detectadas el año pasado en la UE en productos industriales y de consumo, y lo que significan para la salud humana.
Fragancias sintéticas
Una fragancia sintética llamada 2-(4-terc-butilbencil) propionaldehído, o BMHCA, se encontró en casi todos los cosméticos con riesgos químicos. El BMHCA se utiliza habitualmente en perfumes, maquillaje, lociones, desodorantes y productos capilares, y tiene un aroma floral parecido al del lirio de los valles.
Pero está prohibido en los cosméticos de la UE desde marzo de 2022 por temor a que pueda dañar la fertilidad de las personas y perjudicar a los bebés en el útero, además de irritar la piel. Si le preocupa encontrar BMHCA en las estanterías, puede encontrarlo en la lista de ingredientes de un producto como butilfenilmetilpropional.
Sustancias "para siempre" restringidas
Las parafinas cloradas de cadena corta, o PCCC, son un grupo de sustancias químicas industriales utilizadas como retardantes de llama y pueden encontrarse en artículos antiguos de caucho y plástico como cintas transportadoras, mangueras, cables y juntas.
Forman parte del grupo de las PFAS, o "sustancias químicas para siempre", que tardan en descomponerse en el medio ambiente, lo que hace que se acumulen en la cadena alimentaria y en los seres vivos. Es ilegal importar PCCC a la UE y existen normas estrictas sobre su uso, pero el año pasado se encontraron en cables de la UE, según el informe.
Las investigaciones indican que las parafinas cloradas pueden provocar daños hepáticos y renales, perjudicar el desarrollo de los niños, causar trastornos endocrinos y problemas reproductivos, y provocar problemas en el sistema inmunitario. Las que tienen cadenas de carbono más cortas y mayores concentraciones de cloro pueden ser aún más perjudiciales para la salud humana.
"Suponen un riesgo no sólo para la salud humana, sino también para el medio ambiente, ya que son tóxicos para los organismos acuáticos a bajas concentraciones y se bioacumulan en la fauna y los seres humanos", señala el informe.
Plomo
Según el informe, el año pasado se detectó en la UE la presencia del metal tóxico plomo en soldaduras (sustancias que se utilizan para unir de forma permanente piezas metálicas).
Ningún nivel de exposición al plomo se considera seguro, y en la UE existen límites estrictos de exposición en el trabajo. Pero cada año se registran en Europa unas 300 dolencias relacionadas con el plomo.
Las personas pueden inhalar partículas cuando se queman, reciclan o decapan materiales que contienen plomo. También pueden estar expuestas si ingieren agua, alimentos o polvo contaminados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El plomo puede llegar al cerebro, el hígado, los riñones y los huesos. Afecta a los sistemas reproductivo y cardiovascular, y puede perjudicar el desarrollo de los bebés.
En Europa Occidental, se cree que casi 2,5 millones de niños y adolescentes tienen niveles de plomo en sangre de al menos cinco microgramos por decilitro, un nivel que se ha relacionado con un menor coeficiente intelectual, problemas cognitivos y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), entre otros problemas de salud.