La última huelga de los trabajadores de Boeing podría afectar a la entrega de aviones

Alrededor de 33.000 trabajadores de Boeing abandonaron sus puestos de trabajo la medianoche del viernes, hora del Pacífico (8:00h CEST), tras votar a favor de ir a la huelga el jueves. Este es el último golpe al fabricante de aviones, que se enfrenta a problemas financieros y de reputación.

La Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores de la Industria Aeroespacial (IAM) ha comunicado que sus miembros han rechazado un contrato que habría supuesto un aumento salarial del 25% en cuatro años.

El sindicato añadió que el 94,6% había votado a favor de rechazar el contrato, mientras que el 96% había votado a favor de la huelga. Sólo se necesitaba una mayoría de dos tercios para que la huelga siguiera adelante.

Los dirigentes sindicales habían aconsejado inicialmente a sus afiliados que aceptaran el contrato, propuesto a principios de esta semana.

Además de aumentar los salarios, el acuerdo habría mantenido la construcción del próximo avión comercial de Boeing en la zona de Seattle, siempre que el proyecto se iniciara antes de que finalizara el contrato.

Sin embargo, los trabajadores están enfadados por el estancamiento de los salarios y las concesiones que han hecho desde 2008 en materia de pensiones y asistencia sanitaria. Sostienen que han renunciado a ventajas a lo largo de los años para evitar que la empresa traslade puestos de trabajo a otros lugares.

"Se trata de respeto, de abordar el pasado y de luchar por nuestro futuro", declaró Jon Holden, presidente del Distrito 751 de la IAM, al anunciar la votación. Boeing subrayó que estaba "dispuesta a volver a la mesa para alcanzar un nuevo acuerdo" tras la votación.

"El mensaje era claro: el acuerdo provisional que alcanzamos con la dirección de la IAM no era aceptable para los miembros. Seguimos comprometidos a restablecer nuestra relación con nuestros empleados y el sindicato", afirmó la empresa en un comunicado.

La huelga hace caso omiso de un ruego de última hora del nuevo director ejecutivo de Boeing, Kelly Ortberg, nombrado el mes pasado.

Justo antes de la votación, advirtió a los trabajadores de que la huelga pondría "en peligro la recuperación" de la empresa, añadiendo que "nadie gana" con una huelga.

Muy pocas cosas le han ido bien a Boeing este año, desde la explosión de un panel en uno de sus aviones de pasajeros en enero, hasta el hecho de que la NASA dejara a dos astronautas en el espacio en lugar de enviarlos a casa en una nave espacial de Boeing con problemas.

Mientras continúe la huelga, Boeing se verá privada del tan necesario dinero que obtiene de la entrega de nuevos aviones a las compañías aéreas.