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¿Qué futuro le espera a la industria del automóvil? Retos y desafíos del sector

• Oct 1, 2024, 12:20 AM
6 min de lecture
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El uso del coche sigue creciendo a escala mundial a pesar de las amenazas climáticas, según un nuevo informe de la consultora Arthur D. Little. A partir de una muestra de 16.000 conductores de 25 países, el estudio concluye que muchos usuarios son reacios a renunciar a sus coches actuales.

Esto es especialmente cierto en el caso de los grupos de bajos ingresos y los que viven en zonas rurales, donde el transporte público es limitado. Por el contrario, tres cuartas partes (76%) de los habitantes de ciudades europeas de más de 5 millones de habitantes están dispuestos a renunciar al coche. Este porcentaje es del 62% en las ciudades europeas de menos de 250.000 habitantes.

El apego al coche en función de la región y la edad

Se pidió a conductores de distintos países que dijeran lo importante que sería para ellos tener vehículo propio dentro de 10 años, en comparación con la actualidad. Los encuestados de España, Francia, Italia, Bélgica, Noruega y Singapur ofrecieron puntuaciones comparativamente más bajas, lo que sugiere que sería menos importante para ellos.

Por otro lado, los conductores de países como México, Arabia Saudí y Turquía predijeron que para ellos sería relativamente más importante tener un coche dentro de unas décadas. El estudio también agrupó las respuestas según la edad.

En comparación con los mayores de 45 años, los conductores de menos de esa edad parecían más apegados a sus coches a la hora de prever sus hábitos futuros. En Europa, Norteamérica y China, fueron más los jóvenes que los conductores de más edad los que predijeron que su coche sería importante para ellos dentro de 10 años.

Cuando se les preguntó qué les convencería para renunciar a su coche personal, los encuestados citaron los nuevos servicios de movilidad de menor coste (50%) y la alta disponibilidad de tales servicios (38%). Entre estos servicios de movilidad alternativos se encuentran el transporte público, el transporte privado y el coche compartido.

Cuando se les preguntó por qué elegían los nuevos servicios de movilidad, los encuestados mencionaron la flexibilidad (62%), el coste (52%) y el medio ambiente (44%) como las tres razones principales.

El cambio a los vehículos eléctricos

Las nuevas matriculaciones de vehículos eléctricos de batería e híbridos enchufables siguen creciendo en todo el mundo, hasta alcanzar un máximo de 14 millones en 2023, según la Agencia Internacional de la Energía. El informe de Arthur D. Little señala, sin embargo, que aún existen varios obstáculos para la expansión del mercado de los vehículos eléctricos.

Uno de los principales obstáculos es el precio, ya que en muchos mercados los precios iniciales de los vehículos eléctricos siguen siendo superiores a los de los coches tradicionales. A ello no contribuye la reducción de las subvenciones públicas en varios países.

Miedo a lo nuevo

Además, el estudio afirma que el obstáculo más importante para la adopción de los VE es el miedo a lo nuevo, ya que los compradores pueden tener "prejuicios e ideas preconcebidas sobre ellos". Otras preocupaciones son la irregularidad de la infraestructura de recarga, el tiempo de recarga y la duración de las baterías.

Casi la mitad (49%) de los que no eligen un BEV como su próximo vehículo señalan la duración de la batería como la razón. Para los que ya tienen un BEV, el informe del martes mostró que hay altos niveles de fidelidad, con un 76% que espera sustituir su vehículo por otro BEV.

Las rivalidades geopolíticas amenazan la rentabilidad

El informe también destacó cómo la competencia entre los principales fabricantes de automóviles está perjudicando las operaciones a escala mundial. "Las empresas deben sortear las crecientes rivalidades geopolíticas entre EE.UU., Europa y China, que afectan a las operaciones, especialmente a las cadenas de suministro globales", afirmó Arthur D. Little.

Entre las empresas que actualmente afrontan estos retos se encuentran Stellantis y Volkswagen, que han emitido recientemente advertencias de beneficios. Una amenaza subyacente es la debilidad de la demanda en China, ya que los fabricantes europeos pierden terreno frente a sus competidores asiáticos.

Los fabricantes chinos son capaces de desarrollar vehículos eléctricos sofisticados de forma rápida y barata, lo que atrae a los consumidores. Este desequilibrio amenaza ahora con una guerra comercial entre los dos bloques después de que la Comisión Europea iniciara el año pasado una investigación sobre las prácticas de mercado de Pekín.

Según la Comisión, el éxito de los fabricantes chinos se debe a unas subvenciones públicas injustas que permiten a las empresas de vehículos eléctricos mantener sus precios artificialmente bajos. Pekín ha contraatacado alegando que su industria ha florecido de forma natural.