Elecciones en EE.UU.: ¿Un punto de inflexión para el control de las grandes tecnológicas?
Las elecciones de esta semana podrían suponer un punto de inflexión para la aplicación de la legislación antimonopolio estadounidense, especialmente en lo que respecta a las grandes empresas tecnológicas, con ramificaciones para Europa, ya que en los últimos años se han adoptado enfoques similares a ambos lados del Atlántico.
La victoria de Joe Biden en 2020 anunció una serie de nombramientos radicales en puestos clave de las agencias estadounidenses responsables de la aplicación de la normativa de competencia. Entre ellos destacan el nombramiento de Lina Khan al frente de la Comisión Federal de Comercio (FTC) y el de Jonathan Kanter, que también llegó bajo la Administración Biden como fiscal general adjunto de la división antimonopolio del departamento de Justicia estadounidense (DOJ).
Ambos son 'neobrandeisianos', seguidores de un movimiento antimonopolio preocupado por cómo un exceso de poder de mercado puede perjudicar a la competencia, que toma su nombre del 'trustbuster' estadounidense de principios del siglo XX Louis Brandeis, quien creía que los monopolios son malos para los trabajadores y perjudican la innovación empresarial.
La llegada de Khan anuncia un enfoque más enérgico de la aplicación de la legislación antimonopolio, especialmente en relación con las grandes empresas tecnológicas. En diciembre de 2020, la FTC -junto con 46 estados- presentó una demanda antimonopolio contra la matriz de Facebook, Meta, alegando que sus adquisiciones de Instagram y WhatsApp eran contrarias a la competencia. El prolongado caso ha retumbado dentro y fuera de los tribunales, sobreviviendo a los intentos de tumbarlo, pero aún no ha llegado a juicio. En 2023, la FTC inició una acción contra Amazon por inscribir a usuarios en su programa Prime sin su consentimiento.
Mientras tanto, el Departamento de Justicia sigue adelante con dos casos antimonopolio históricos. En octubre de 2020, la agencia acusó a Google de monopolizar ilegalmente los mercados de búsquedas y publicidad de búsquedas, especialmente en dispositivos Android, así como con Apple. Tras una vista celebrada en Washington DC a finales de 2023, se consideró que Google había utilizado ilegalmente su posición de monopolio en el mercado de la tecnología de motores de búsqueda para asegurar su posición con socios de dispositivos móviles y sitios web. Pero el tribunal aún no ha determinado qué medidas correctivas se impondrán a Google.
En una segunda demanda contra el gigante de las búsquedas presentada en enero de 2023, el DOJ acusó a Google de monopolizar ilegalmente el mercado de la tecnología publicitaria o 'adtech'. Esta tecnología actúa como una especie de intermediario para los sitios web que buscan obtener ingresos de la publicidad. El pasado mes de septiembre se celebró un juicio en el que el departamento gubernamental estadounidense pretende obligar a Google a vender partes significativas del negocio de adtech y a poner fin a algunas de sus prácticas empresariales. Aún no se han presentado los alegatos finales, pero está previsto que se produzcan a finales de este mes, después de las elecciones.
Según Cristina Caffarra, del Centro de Investigación de Política Económica, "Lina Khan ha conseguido que el antimonopolio se convierta en un tema importante como nadie lo había conseguido antes". Este enfoque más estricto de la aplicación de las normas de competencia a las grandes empresas tecnológicas en EE.UU. también lo ha acercado a la mentalidad de la Comisión Europea.
La UE también lucha contra el monopolio
Bajo el mandato de la Comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, la UE puso en marcha su Ley del Mercado Digital (DMA) en 2022, imponiendo obligaciones por adelantado a las plataformas digitales en un intento de facilitar la aplicación de la normativa contra los gigantes tecnológicos. La DMA es la continuación de varias acciones antimonopolio históricas emprendidas contra Google, que pusieron de manifiesto la debilidad del uso de herramientas legales para reprimir a un sector tecnológico en rápida evolución.
"Las palabras de la FTC y el DOJ se acercan a las de la Comisión: 'Tenemos que intervenir para bloquear el dominio de Big Tech', dicen", según Christophe Carugati, consultor de Competencia Digital. Pero este enfoque podría cambiar si gana Donald Trump.
¿Qué ocurre si Trump gana las elecciones?
"Si gana Trump, es una apuesta segura que la nueva presidenta de la FTC sería menos agresiva con las Big Tech que Lina Khan", según el eurodiputado Markus Ferber (Alemania/Partido Popular Europeo), que cree que "lo mismo ocurre con otros actores clave de la Administración estadounidense". Por el contrario, "es poco probable que la UE cambie su postura sobre las grandes plataformas, ya que la DMA y la Ley de Servicios Digitales han entrado en vigor hace poco tiempo", dijo Ferber, miembro de la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento.
Pero una victoria de Trump no supondría necesariamente el fin de la gira neobrandeisiana de Khan y Kanter. La propia Khan ha recibido elogios del compañero de fórmula de Trump y aficionado a Silicon Valley, J.D. Vance. "Ha reconocido que tiene que haber una comprensión más amplia de cómo concebimos la competencia en el mercado", dijo recientemente Vance sobre Khan.
En febrero, en el momento en que el Departamento de Justicia iniciaba su segunda acción contra Google, Vance manifestó su aprobación en un post en X, antes Twitter: "Hace tiempo que debería haber llegado, pero es hora de acabar con Google. Esto importa mucho más que cualquier otra cuestión de integridad electoral. El control monopolístico de la información en nuestra sociedad reside en una empresa tecnológica explícitamente progresista".
Esta opinión 'janservadora' es compartida por otros miembros del partido republicano, entre ellos los senadores Josh Howley y Mike Lee, así como el fiscal general de Texas, Ken Paxton. "En la actualidad coexisten dos puntos de vista en el Partido Republicano sobre la defensa de la competencia", según Caffarra.
Una de ellas podría considerarse "el ala de la Cámara de Comercio", dijo, y añadió que este grupo de presión favorable a las empresas "representa los valores tradicionales del GOP a favor de las grandes corporaciones y en contra de una aplicación agresiva de las leyes antimonopolio".
La otra ala, por el contrario, "es militante contra algunos de los gigantes digitales por lo que perciben como restricciones a la libertad de expresión y la privacidad". Según Caffarra, esta segunda ala -más afín a la postura de Vance- se conformaría con la disolución de algunos gigantes tecnológicos.
El respaldo de los 'janservadores' también podría reservarse al ámbito tecnológico, según Paul Lugard, socio del bufete estadounidense Baker Botts. "Si gana Trump, la aplicación de las leyes antimonopolio podría seguir siendo dura contra las grandes plataformas, pero quizá menos agresiva contra la consolidación en otras industrias", dijo. Si esto ocurre, frenar el dominio de las grandes tecnológicas en el mercado seguiría siendo un objetivo común a ambos lados del Atlántico.
¿Y si gana Harris?
Tampoco es seguro el curso futuro de la política antimonopolio de EE.UU. en caso de victoria de Harris, ya que también parece dividir a los demócratas. Algunos donantes de Big Tech a la campaña de Harris, como el cofundador de LinkedIn Reid Hoffman y el inversor tecnológico Mark Cuban, han pedido la dimisión de Lina Khan, aunque la propia Harris ha guardado silencio sobre la presidencia de la FTC.
Su plataforma se compromete, sin embargo, a luchar contra las grandes corporaciones: "Como presidenta, [Kamala Harris] dirigirá su Administración para acabar con las prácticas anticompetitivas que permiten a las grandes corporaciones subir los precios y socavar la competencia que permite a todas las empresas prosperar manteniendo los precios bajos para los consumidores".
"Dentro de los demócratas, están los progresistas-populistas como Warren, Sanders o AOC, pero también muchos más en la corriente principal del partido que consideran a Lina Khan y Jonathan Kanter como los mayores activos de la Administración Biden", afirma Cristina Caffarra. "Harris no ha mostrado sus cartas al respecto, pero la esperanza es que si gana, mantendrá a Khan y Kanter", añade, considerando que Harris ignoraría a los donantes que la presionan para que despida a Khan.
Independientemente de que Khan tenga que seguir luchando contra el dominio de las grandes tecnológicas y de cuánto tiempo tenga que hacerlo, también habrá que preguntarse cómo puede evolucionar la aplicación de la normativa de la UE bajo la dirección de un nuevo Comisario de Competencia.
Como señala Carugati "Aún no conocemos la visión de Teresa Ribera [designada comisaria española de Competencia] sobre la política antimonopolio hacia el mercado digital".