Von der Leyen viaja a Uruguay para cerrar el pacto UE-Mercosur a pesar de las protestas agrícolas
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha aterrizado en Latinoamérica para ultimar el acuerdo con Mercosur, mientras el principal opositor europeo al acuerdo, Francia, está sufriendo un colapso gubernamental.
"La línea de meta del acuerdo UE-Mercosur está a la vista", publicó Von der Leyen en X el jueves tras aterrizar en Uruguay, añadiendo: "Tenemos la oportunidad de crear un mercado de 700 millones de personas. La mayor asociación de comercio e inversión que el mundo haya visto jamás. Ambas regiones se beneficiarán".
La respuesta de París no se hizo esperar. El presidente francés ha hablado con Ursula von der Leyen para decirle que el acuerdo es "inaceptable en su estado actual" y que Francia seguirá defendiendo "sin tregua" su "soberanía agrícola".
París se opone ferozmente al acuerdo, que pretende crear una zona de libre comercio entre los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la UE, pero con su atención puesta en otra parte, Von der Leyen parece dispuesta a seguir adelante para desbloquear unas negociaciones que se prolongan desde hace casi dos décadas.
Los Estados miembros expresan sus preocupaciones
En 2019, se alcanzó un acuerdo sobre Mercosur, pero varios Estados miembros de la UE lo bloquearon por preocupaciones medioambientales y agrícolas, ya que la UE se comprometería a abrir sus mercados con aranceles más bajos para contingentes de productos como la carne de vacuno, el azúcar y las aves de corral procedentes de Sudamérica.
"Los compromisos políticos finales se discutirán a partir de mañana", dijo el jueves un portavoz de la Comisión, que confirmó que el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, también estará en la capital uruguaya, Montevideo, donde los países del Mercosur se reúnen durante dos días.
En el último tramo de las negociaciones, los europeos presionaban para que se introdujeran normas medioambientales en el acuerdo, así como un compromiso de los países del Mercosur contra la deforestación. París, presionado por sus agricultores, se opone desde hace meses a la finalización del acuerdo, mientras que la Comisión, empujada por Alemania y España, se ha fijado como objetivo concluir un acuerdo antes de finales de año.
"La Comisión Europea tiene competencia exclusiva para negociar acuerdos comerciales", declaró el jueves el portavoz de la Comisión, añadiendo: "Lo hace sobre la base de un mandato recibido de los Estados miembros, incluida Francia".
El caos político en Francia afecta al pacto
A principios de esta semana, el eurodiputado socialista alemán Bernd Lange, presidente de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo, afirmó que la "situación emocional en Francia" suponía "un problema" para quienes pretendían finalizar las negociaciones.
La agitación política francesa no afectará a la oposición nacional al acuerdo, que sigue siendo abrumadora. Unos 484 de los 577 diputados de la Asamblea Nacional votaron el 26 de noviembre a favor de una declaración del Gobierno que tachaba el acuerdo propuesto como "inaceptable". Tanto los partidos de extrema derecha como los de extrema izquierda, que el miércoles lideraron la moción de censura que provocó la caída del Gobierno de Michel Barnier, se oponen radicalmente al acuerdo.
"Pase lo que pase, nos oponemos a cualquier nuevo acuerdo comercial", declaró hace unos días a 'Euronews' un funcionario del Ministerio de Comercio en París. Si se cierra, el acuerdo tendrá que ser adoptado por los 27 Estados miembros de la Unión Europea. En las últimas semanas, Francia se ha esforzado por convencer a sus socios de que se unan a ella en minoría de bloqueo para impedir la adopción del acuerdo.
Polonia ya ha anunciado que se unirá a la coalición. Austria, Países Bajos e Irlanda también están siendo cortejados por Francia. La posición de los italianos sigue sin estar clara, ya que su ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, expresó el miércoles su preocupación por la situación de los agricultores italianos, aunque también dijo que apoyaba el acuerdo. Una minoría de bloqueo requeriría cuatro Estados miembros que representaran al menos el 35% de la población europea.
Ante la oposición francesa, 11 Estados miembros de la UE enviaron en septiembre una carta a Ursula von der Leyen instando a la Comisión a dar un paso adelante. Los partidarios del acuerdo subrayaron la urgencia de su celebración en un momento en que otras potencias, como China, "adquieren una influencia aún mayor en los mercados latinoamericanos, tanto económica como políticamente".
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