Cómo el Bitcoin pasó de ser un 'forajido' financiero a convertirse en una moneda 'respetable'
2009 - Lanzamiento de Bitcoin
2011 - El Bitcoin es adoptado por los mercados de la red oscura
Erik Finman es conocido en los círculos de las criptomonedas por ser el autoproclamado millonario más joven de Bitcoin a los 18 años. En 2011, con apenas 12 años, invirtió 1.000 dólares que le regaló su abuela en la criptodivisa. En aquella época, un token, un bitcoin, costaba unos 12 dólares.
La entrada de este nativo de Idaho en el universo Bitcoin se produjo por un encuentro casual en una protesta. Su hermano mayor le llevó a una manifestación contra la detención de activistas que bailaban en el Jefferson Memorial, explicó.
"Fue una protesta muy floja, pequeña", añadió. "Un tipo tenía una 'B' naranja que parecía un signo de dólar en su camiseta. Le pregunté, medio en broma, qué era. Y luego había un grupo de policías antidisturbios y nos dijeron a todos que nos fuéramos. Así que, en medio de la huida de la policía, fue como: 'Oh, es Bitcoin hombre, va a acabar con Wall Street, hermano.' Y salió corriendo".
Después de eso, Finman dijo que él y su hermano mayor lo buscaron y se interesaron por las monedas alternativas. "Supongo que estaba pasando por esa fase libertaria de gafas de color de rosa en ese momento, que cambió mi visión del mundo. Ya sabes, cuando tienes 12 años, es una locura".
"Lo que la mayoría de los niños sentían por los videojuegos o los deportes, mi pasatiempo era el Bitcoin", dijo a Euronews.
Ahora, con 21 años, Finman ha aumentado sus participaciones en criptomonedas y ha creado una empresa de criptografía multimillonaria. También ha financiado proyectos como la confección de un traje del Dr. Octopus en la vida real, "que fue muy guay", así como otras iniciativas benéficas.
¿Ha notado un cambio en la percepción del Bitcoin? "Ahora se está volviendo mucho más 'establishment'. Creo que mucho de eso tiene que ver con el culto que le rodea. No es que fuera demasiado grande para fracasar, pero tenía una base de fans demasiado fanática".
2013 - Primeros cajeros automáticos de Bitcoin
La capital eslovaca Bratislava, fue una de las primeras ciudades en ver instalado un cajero automático de Bitcoin después de que el primero se instalara en Vancouver (Canadá) en octubre de 2013. Ahora hay más de 3,5 millones en todo el mundo.
2017/2018 - El precio del Bitcoin sube... y luego se desploma
Para muchos, 2017 fue el año en que oyeron hablar de Bitcoin. El token había alcanzado un máximo histórico de 19.700 dólares (16.236 euros) a finales de año en medio de un frenesí mediático. Su precio en alza también supuso un mayor interés institucional, gobiernos e inversores se fijaron en él y el desarrollo de otras monedas digitales para competir con el Bitcoin. La narrativa de Bitcoin se vio reforzada por los informes sobre la impresión de dinero por parte de los bancos centrales - una de las características clave de la criptodivisa es que está limitada a exactamente 21 millones de monedas y ni una más.
Pero luego, los precios de Bitcoin se desplomaron a través de una serie de caídas en 2018, cayendo de nuevo a 3.700 dólares (3.048 euros) a finales de año - marcando uno de los ejemplos más pronunciados de las oscilaciones de precios impredecibles características de la moneda digital.
Para la Familia Bitcoin, 2018 fue un año que tuvieron que sortear. Originarios de Holanda, en el verano de 2017 vendieron casi todas sus posesiones y las invirtieron en Bitcoin, con el objetivo de convertirse en "nómadas digitales", viviendo un estilo de vida minimalista, impulsado por la moneda digital.
"No se puede mirar al futuro. Vivimos de forma muy sencilla, vivimos el día a día", explica Didi Taihuttu, el padre de la familia Bitcoin.
"En 2018 nos dijimos: 'Vamos a coger este año, nos vamos a ir a vivir a zonas de acampada, a vivir en la naturaleza, a vivir en hermosos países asiáticos, y lo vamos a ver como una aventura'. ¿Cómo podemos ahorrar tantos Bitcoins como sea posible pero seguir disfrutando de la vida?' Una furgoneta camper en Portugal junto al mar, durmiendo gratis, duchándose en la playa; todas las cosas que las niñas no habían hecho nunca. Y las niñas decían: 'Oh, sí, eso es una aventura. No son nuestros padres los que están deprimidos porque Bitcoin se hunde'".
Y eso es lo que hizo la familia. Tras superar 2018, llevan más de tres años y medio viajando y viviendo el estilo de vida nómada que esperaban que les permitiera la criptodivisa. "En 2018, la vida nos costaba un Bitcoin al mes. Ahora, en 2020, un Bitcoin nos compra un año", dijo Taihuttu.
Él y su mujer se llevaron a sus tres hijas en busca de la libertad y de "dejar de ser parte del sistema".
Durante los primeros seis meses de sus viajes impulsados por el Bitcoin, mantuvieron sus cuentas bancarias tradicionales, pero en los últimos años se deshicieron de ellas y sólo han utilizado criptomonedas y soluciones criptográficas. Antes de obtener su primera tarjeta de débito criptográfica hace dos años, compraban cupones de Bitcoin en línea y los cambiaban por comestibles o cupones de McDonald's, reservando todo, desde vuelos y hoteles en línea con Bitcoin.
"Por supuesto, es un poco una apuesta", dijo Taihuttu. "Pero, por otro lado, sólo estás jugándotela si no estás dispuesto a perder y para nosotros, en ese momento de la vida, nos dimos cuenta claramente de que el dinero ya no tenía ningún valor para nosotros. Estábamos dispuestos a perderlo todo, todo el dinero, todo el lujo, porque eso ya no nos importaba".
¿Qué le depara el futuro a la familia Bitcoin? "Esa es una pregunta muy difícil. En mi caso, tengo sangre viajera que quiere explorar todo el mundo, pero ya hemos pasado de viajar muy rápido a viajar despacio. Nos quedamos en cada país un mínimo de cuatro o cinco meses para explorar realmente el país y conocer a la gente, la cultura".
Además de continuar con la labor benéfica que llevan a cabo desde hace varios años, Taihuttu afirma que la familia está estudiando la posibilidad de crear algunos "lugares de vida nómada digital" en Portugal y Tailandia para que sus hijas y su mujer puedan tener "bases sociales".
2020 - Un crash, un máximo histórico y la adopción de PayPal
El año pasado fue un año lleno de acontecimientos en el universo Bitcoin. La moneda online experimentó un "flash crash" en marzo en medio de una desaceleración económica mundial causada por la pandemia de coronavirus, pero inició una subida vertical que se aceleró a principios de octubre.
A principios de 2020, el Bitcoin todavía se consideraba una inversión marginal, pero a finales de año casi había cuadruplicado su valor y había alcanzado un máximo histórico por encima de los 28.000 dólares (23.072 euros), convirtiéndose en tema fijo en las conversaciones de los inversores grandes y pequeños.
Microsoft fue uno de los primeros en adoptar la tecnología y comenzó a aceptar la moneda como forma de pago para artículos digitales en diciembre de 2014. Pero fue el anuncio del gigante de Internet PayPal, de que permitiría a sus clientes comprar y vender Bitcoin en octubre del año pasado, lo que señaló que la criptomoneda había sido aceptada en la cultura general.
2021 - Tesla compra Bitcoin pero los ecologistas denuncian su alto consumo energético
El Bitcoin ha alcanzado la cifra récord de 50.000 dólares (41.257 euros) gracias, en gran medida, a que Tesla anunció que había comprado 1.500 millones de dólares de esta moneda virtual.
Pero, ¿esta fiebre del oro digital de una moneda descentralizada gestionada por sus usuarios es demasiado buena para ser verdad? Pues bien, los ecologistas están llamando la atención sobre el lado menos publicitado de Bitcoin: su consumo de energía.
La potencia de cálculo que exige la criptomoneda para minar y validar las transacciones es inmensa. Un reciente análisis de la Universidad de Cambridge puso en perspectiva el consumo de energía diciendo que Bitcoin utiliza más electricidad anualmente que toda Argentina.
Los críticos han atacado a Tesla, que se autodenomina "aceleradora de la transición del mundo hacia la energía sostenible con coches eléctricos, energía solar y soluciones integradas de energía renovable para hogares y empresas", por haber elegido invertir en los tokens, recordando que va en contra de su mensaje a favor del medio ambiente.
Mientras que muchos cantan las alabanzas de Bitcoin, además de cosechar sus beneficios, su creciente notoriedad y la atención que conlleva han hecho que se cuestione su ética. Sea cual sea el destino de la moneda digital, los devotos "HODL" -la jerga de la comunidad para mantener la criptodivisa en lugar de venderla- creen que, independientemente de la caída, Bitcoin se levantará de nuevo.