Ruy de Carvalho, la historia del actor más longevo del mundo: "Todavía tengo memoria"

Ruy de Carvalho nos recibe en su camerino dos horas antes de salir de nuevo a escena como el comandante Metcalf en la obra de Agatha Christie 'La ratonera', en el Teatro da Malaposta, en Odivelas, en las afueras de Lisboa.

Amable pero apresurado, no nos deja espacio para más de tres preguntas: necesita concentrarse y estar solo un rato antes de salir a escena. Al fin y al cabo, aunque mantenga la energía que le permite salir a escena prácticamente todos los días, los años ya le pesan: a sus 97 años y seis meses, es el actor de teatro más viejo del mundo que sigue en activo.

Cuando esta obra se estrenó en Londres en 1952, Ruy de Carvalho ya llevaba 11 años como actor y cinco como profesional. 'La ratonera' es famosa por ser la obra que más tiempo ha permanecido ininterrumpidamente en escena, con un récord imbatible de 72 años.

De Carvalho ha interpretado numerosos papeles en cine y televisión, que le han convertido en uno de los rostros más conocidos por el público portugués, pero su hábitat natural, aquel en el que siempre se ha movido como pez en el agua, es el teatro.

Un rostro conocido en Portugal

En 1957, fue uno de los primeros actores en aparecer en la televisión portuguesa, que acababa de inaugurarse con la emisión del 'Monólogo do Vaqueiro', de Gil Vicente, el primer teleteatro presentado en Portugal.

41 años más tarde, en 1998, vivió el momento quizás más apoteósico de toda una carrera, al ser condecorado por el entonces presidente de la República, Jorge Sampaio, en el escenario del Teatro Nacional Doña Maria II mientras interpretaba 'El rey Lear' de William Shakespeare. A lo largo de su carrera, fue condecorado con las Grandes Cruces de las Órdenes del Mérito, Santiago de Espada e Infante D. Henrique.

Pero de todas las decenas de obras en las que actuó a lo largo de su carrera, una le marcó especialmente: en 1965, con el Teatro Moderno de Lisboa (compañía que había fundado cuatro años antes), llevó a escena 'O Render dos Heróis', de José Cardoso Pires, e interpretó a Cego, el personaje que representa al pueblo portugués.

"Me complacía mucho representar al pueblo portugués", dice Ruy de Carvalho. "Era una especie de espantapájaros, de espaldas y, de vez en cuando, se volvía hacia el público y decía lo que pensaba del mundo. Y lo que yo quiero para el mundo en este momento es que haya una paz duradera para todos y que nadie sufra", concluye.

Dejar los escenarios no entra en los planes de Ruy de Carvalho: "No debo dejarlo mientras pueda trabajar", declara a 'Euronews': "Trabajo porque siento que todavía tengo memoria y todavía puedo memorizar un texto. Sólo pido que no sean textos muy largos, para no tener que dedicar demasiado tiempo a estudiar, porque los trabajos los estudio en casa. La improvisación lleva mucho tiempo de trabajo", dice.

Para sus compañeros de escena, trabajar con él es una lección permanente. Luís Pacheco protagoniza con Ruy de Carvalho 'La ratonera' (donde interpreta el papel de Giles Ralston) y también comparte escenario con él en 'Ruy, la historia de la vida', el espectáculo que ya ha recorrido el país y donde comparte con el público las historias que han marcado una carrera de ocho décadas sobre los escenarios.

"Todos los actores queremos ser como él", dice. "Para nosotros, es una lección constante. Siempre está disponible, siempre atento a todo, siempre aprendiendo a pesar de su edad. Sigue experimentando el escenario como si fuera la primera vez".

Elsa Galvão, que interpreta a la señora Boyle en 'La ratonera', también afirma que trabajar junto a Ruy de Carvalho es una experiencia inolvidable: "Todos los días aprendemos algo. Es maravilloso verle trabajar con esa energía y alegría que tiene en el escenario todos los días", afirma.

'La ratonera', que se puede ver en el Teatro Malaposta de Odivelas, aún no tiene fecha de finalización, y pronto volverá para una gira nacional. Quizá la obra no permanezca en escena 72 años como en Londres, pero Ruy de Carvalho parece dispuesto a seguir representándola el tiempo que haga falta.