La creación de un clásico catalán: 'panellets' para el pueblo
Los 'panellets' son bolitas de mazapán del tamaño de un bocado que pueden cubrirse con piñones laminados o almendras picadas antes de meterlas en el horno. Al igual que el Día de los Muertos en México, estos pequeños manjares suelen cocinarse en homenaje a los seres queridos perdidos, cuando las familias visitan los cementerios el día de Todos los Santos (1 de noviembre).
También se ha convertido en una tradición catalana marcar el cambio de estación, disfrutando de los alimentos y vinos de la cosecha. Esto incluye comer 'castanyes' (castañas asadas calientes), beber 'muscadel' (un vino dulce de postre) y buscar setas en el bosque.
Transmitido de generación en generación
Hacer 'panellets' se considera una tradición familiar, algo que se hace con la madre o el padre en casa y que algún día se transmitirá a los hijos. A la vista, estos pequeños bocaditos del tamaño de un botón parecen algo fácil de hacer. Sin embargo, para descubrirlo de verdad, asistí a la escuela de cocina La Patente, en Barcelona, para aprender de una profesional, Mayera Armas.
En una visita organizada por la compañía aérea Vueling para promocionar la cultura catalana, Armas puso a prueba a un grupo de periodistas en la cocina. Como me cuesta cocer un huevo, decidí traer un arma secreta: mi hijo Jack Keeley. Es un cocinero experto que ya ha hecho 'panellets', así que sabía lo que hacía. Además, me salvó el pellejo, sobre todo ante la dura competencia de colegas franceses e italianos.
La receta perfecta
Para empezar, hay que mezclar agua y azúcar en un cazo y llevarlo a ebullición durante unos cinco minutos, para que se convierta en un jarabe dulce. Luego se añade la almendra en polvo en un bol y se mezcla bien.
A continuación, hay que añadir las claras y las yemas de huevo en cuencos separados. Después viene la parte más importante: amasar la mezcla, pero no puede estar demasiado seca. Si ves que lo está, añade más huevo o un poco de agua. Llegados a este punto, si has amasado la mezcla correctamente, deberías tener una larga salchicha de mazapán.
Ahora es el momento de sacar un cuchillo enorme y la balanza: el mazapán debe cortarse en trocitos de 20 gramos y luego formar bolas. El tamaño importa: son delicias del tamaño de un bocado, así que si son más grandes, se quedará sin ingredientes para hacer suficientes panellets. Además, son los típicos puddings que se llevan a las fiestas, así que no querrá quedarse corto. La siguiente parte consiste en recubrir el mazapán con la cobertura que prefiera. Tradicionalmente, serían piñones o almendras picadas.
Los dulces sueños están hechos de mazapán
La mezcla de frutos secos debe amasarse en el mazapán con un poco de clara de huevo batida. Lo mejor es mojarse las manos para que parezcan bombones Ferrero Rocher, pero sin el característico chocolate, claro. Cada 'panellet' debe quedar bien cubierto.
Como alternativa, si prefiere un sabor más intenso, puede probar a introducir guindas en el centro de cada 'panellet', pero éstas también deben estar recubiertas de clara de huevo batida. Otra opción podría ser recubrir el manjar con chocolate salado y/o naranja.
La mermelada de membrillo, un producto tradicional español que se cosecha en otoño, es otro condimento popular. Sean cuales sean sus gustos, los panellets son para los más golosos.
Por último, hay que meterlos en el horno durante unos diez minutos a unos 200-220 grados centígrados. Una vez que los haya sacado, ¡no les hinque el diente enseguida! "Si los deja uno o dos días, saben mucho mejor". Armas, de origen venezolano pero afincado en Barcelona desde hace 20 años, afirma que los 'panellets' son un plato típico del otoño catalán.
"Los 'panellets' son muy importantes porque es el día en que se recuerda a los familiares que han muerto. Así que te reúnes con tu familia o amigos y vas al cementerio", explica Armas a 'Euronews Culture'. "También es el comienzo del otoño. Puedes estar comiendo panellets durante dos semanas y luego se acaban". Dice que los ingredientes importan porque son autóctonos de Cataluña.
"Los almendros ya deben estar floreciendo y se debe hacer con almendras frescas. O se puede hacer con piñones. Hay que hacerlo con los productos frescos que tengas". A lo largo de los años, la inmigración a Cataluña procedente de fuera de España ha influido en la forma de elaborar los panellets.
"La almendra y los piñones son los más tradicionales, pero con la inmigración llega el chocolate. Pero también hay membrillo, que es típico de aquí y es como una fruta de otoño", explica.
Armas también subrayó que los 'panellets' no pueden consumirse sin un "vasito" de 'muscadel'. Lo normal es hacerlo inclinando un porrón -o jarra de vino- y tragándolo de un trago. Estimado lector, su autor lo intentó, pero el vino acabó en su delantal en vez de en su garganta. Mientras tanto, su hijo adolescente se bebió el 'muscadel' de un trago. Qué vergüenza.