No solo pelo: ir al dentista en Turquía puede ser un grave error
Un número cada vez mayor de pacientes del Reino Unido, Irlanda y otros países europeos viajan a Turquía para someterse a procedimientos dentales estéticos asequibles. A esta creciente tendencia al turismo médico dental se conoce como 'dientes de Turquía'. Aunque pueda parecer una forma tentadora de ahorrar dinero, entraña algunos riesgos graves que podrían provocar problemas dentales a largo plazo. Alex Foo es médico en Aria Dental y quiere que los viajeros sean más conscientes de los peligros.
Cómo los 'dientes de Turquía' se convirtieron en una popular moda viajera
Muchas clínicas dentales turcas ofrecen lo que parecen atractivos paquetes, que combinan vuelos baratos, estancias en hoteles y tratamientos dentales por una fracción del coste en comparación con el Reino Unido y otros países europeos. Sin embargo, Foo aconseja cautela y advierte de que lo que puede parecer una buena oferta al principio puede acabar costando mucho más a largo plazo.
"No todos los dentistas turcos son malos, pero los que se dirigen específicamente a pacientes británicos e irlandeses suelen utilizar técnicas de tratamiento agresivas", dice Foo. "En muchos casos, llevan a cabo procedimientos como el taladrado excesivo, que puede causar daños importantes en los dientes". La perforación excesiva para preparar los dientes para coronas o carillas puede provocar daños en los nervios, dejando a los pacientes doloridos o requiriendo tratamientos posteriores como endodoncias.
El tratamiento médico termina con el vuelo de vuelta a casa
Los pacientes que se someten a tratamientos dentales en Turquía suelen volver a casa con problemas que requieren atención urgente. "Hemos visto pacientes con coronas o puentes que se han aflojado o caído poco después de regresar. En algunos casos, los pegamentos o cementos utilizados no son de calidad, lo que aumenta la probabilidad de fracaso", explica Foo.
El problema de someterse a tratamientos en el extranjero es la dificultad de recibir atención de seguimiento una vez de vuelta en casa. Los dentistas de Reino Unido o Irlanda de los países de origen son a menudo reacios a llevar a cabo reparaciones debido a los riesgos legales que ello implica, dejando a los pacientes varados con un trabajo dental de mala calidad.
Por eso, aunque los costes iniciales en Turquía puedan parecer más baratos, Foo subraya que los pacientes suelen afrontar costes más elevados en el largo plazo debido a la necesidad de reparaciones y sustituciones. En el peor de los casos, algunos pacientes han regresado con infecciones graves que pueden destruir el hueso subyacente e imposibilitar la colocación de implantes dentales. "En algunos casos, los pacientes pueden incluso acabar necesitando dentaduras postizas debido a los daños causados", añade Foo.
¿Merece la pena el riesgo?
Foo anima a cualquiera que esté pensando en someterse a un tratamiento dental en el extranjero a sopesar cuidadosamente los riesgos y a considerar la calidad de la atención que podría estar recibiendo. "El ahorro puede parecer atractivo al principio, pero los riesgos de un trabajo mal hecho, las complicaciones y la falta de seguimiento superan con creces cualquier beneficio económico a corto plazo", afirma. "Siempre merece la pena consultar con un dentista local de confianza para analizar opciones más seguras y fiables".