La ola del caso Aldama arrastra a Javier Hidalgo en su megaproyecto con el Atlético de Madrid
Corría el mes de junio de 2023 y el Atlético de Madrid presentaba la joya de la corona de la Ciudad del Deporte que proyecta en las inmediaciones del estadio Metropolitano, en la periferia madrileña. Junto a un hotel de lujo -con Hard Rock como principal opción-, diferentes instalaciones deportivas -de fútbol a pádel- y amplias zonas comerciales, el club plantea en esas cuatro hectáreas de terreno yermo la creación de un playa urbana y el parque de olas más grande de Europa. En total, 52.000 metros cuadrados. Como telón de fondo, la intención de cubrir una demanda que es estacional, atraer a surfistas de todo el mundo y convertirse en un destino de referencia. Para acometer el proyecto, el Atlético de Madrid se asociaba con fondos que aspiran a hacer fortuna en estas iniciativas de surf urbano. La firma suiza Stoneweg y la española Teras Capital, que ya planean un segundo parque en Birmingham (Reino Unido), unían fuerzas con Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, para hacer realidad el diseño. Un cuarto invitado, empero, se hacía hueco más discretamente en esa fiesta.
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