La nueva tasa de basuras, un quebradero de cabeza

Bruselas lleva tiempo presionando para que los hogares europeos generen menos basura y reciclen más. No es tarea fácil. En 2018, el Ejecutivo comunitario publicaba una directiva que instaba a los Estados miembros a “recurrir a instrumentos económicos y otras medidas” para llegar a una tasa de reciclaje del 60% en 2030 y del 65% en 2035.

Cada cosa en su cubo
Cubo amarillo. Para los envases: botellas de agua y refrescos, envases de detergente, tarrinas de yogur, bandejas de plástico de alimentos, bolsas, latas y briks de leche o zumo. Tienen que poder vaciarse.
Cubo azul. Este es para papel y cartón, así que entran periódicos, revistas, folletos, sobres, cuadernos y cajas limpias de cereales, zapatos o galletas. Los papeles sucios o las fotos no van aquí.
Cubo verde. Exclusivo del vidrio: botellas de vino, cerveza o refrescos y tarros de conservas, mermeladas o salsas, sin las tapas, que van al amarillo. No confundir vidrio con cristal.
Cubo marrón. Restos orgánicos: comida cruda o cocinada, cáscaras de frutas y verduras, huevos, frutos secos, posos de café, bolsas de té o papel de cocina usado. No incluye excrementos de animales, aceites ni residuos químicos. Solo aquello que pueda convertirse en compost.
Cubo gris o negro. Para el resto. Incluyen pañales, compresas, mascarillas, guantes, bastoncillos, chicles, cerámica rota, arena de gatos y otros desechos no reciclables.
Punto limpio. Para objetos especiales: aparatos eléctricos y electrónicos, pilas, baterías, bombillas, pinturas, disolventes, aerosoles, muebles voluminosos, aceites o cápsulas de café.
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