Pau Gasol: “¿Qué merendé la tarde de Lille? Un plátano y un cortado…”
Dentro del grupo de enormes leyendas que ingresan en el Hall of Fame de la FEB dentro de su tercera promoción, hay un nombre que luce con letras de oro. Pau Gasol Sáez (6-7-1980, Barcelona), el mejor jugador del baloncesto español de la historia, redondea un año que quedará en su memoria para siempre y en el que además de entrar en el salón de la fama del baloncesto español, ha visto retirada su camiseta número 16 por la franquicia con más glamour de siempre, los legendarios Lakers, y ha ingresado también en el Hall of Fame de Springfield. Antes de ser reconocido en Sevilla, concedió 20 minutos de entrevista a AS a través de Zoom.
Déjeme empezar con una licencia para homenajear a alguien que ya está en el Hall of Fame. Finalmente, y como decía don Andrés Montes, ¿qué tenían las alcachofas de Sant Boi, Pau?
Pues… muchas vitaminas, supongo (risas). La verdad es que no éramos de comer muchas alcachofas nosotros de pequeños, aunque mi madre lo intentaba. De hecho, me enteré de que Sant Boi era conocido por las alcachofas casi más por Andrés que por otra cosa…
Este 2023 es un año que llevará grabado para siempre. Retirada de la camiseta en los Lakers, entrada al Hall of Fame de Springfield… ¿Qué tiene este ingreso en el de la FEB de especial?
Un año muy, muy especial, sí. Es difícil de procesarlo todo. He intentado ir paso a paso y momento por momento. He intentado disfrutarlo todo lo posible, pero aun así son actos y reconocimientos de una gran dimensión. Primero, estoy muy agradecido por poder vivir estas cosas especiales, poderlas compartir con todo el mundo que me ha seguido, que ha compartido momentos de forma directa y personal. Pero también a distancia, desde su casa, que ha visto partidos como aficionado por la televisión. Hay mucha gente que recuerda. Y este reconocimiento de la FEB pues también, obviamente, es especial por lo que ha significado nuestra Selección nacional. Lo que hemos podido hacer, y construir, y poner el baloncesto español en lo más alto del mundo. Y de la forma cómo lo hemos hecho; y cómo lo hemos transmitido, que eso es lo más importante. Ese sentimiento de equipo, de unión, de respeto, de humildad. Y de familia, finalmente, que es lo que hemos podido conseguir crear. Entrar en ese Hall of Fame de la FEB tiene un sabor especial por todo lo que he comentado.
Los éxitos tienen mucho mérito, pero imagino que también valora la continuidad en el tiempo. Son veinte años. ¿Cómo ha ido gestionando eso?
Bueno. Primero, con una gran pasión, devoción y aprecio por lo que haces. Al final, creo que es una consecuencia de todo eso. Desde principios de mi carrera, me acordé de esa frase que dice que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Siempre afronté mi carrera con hambre, inconformismo. Quise crecer e ir atravesando etapas. Primero pasas, por una etapa de joven, de aprendizaje. Luego, pues llegas a una madurez física y mental donde puedes disfrutar de unos años especiales, y de un alto nivel de juego. Y luego llega una parte, donde el juego y tu cuerpo empiezan a declinar e intentas seguir aportando cosas importantes y darle valor a tu equipo. Y así, pues puedes alargar tu carrera hasta donde yo lo he podido hacer. Y todo eso con un equipo al lado, a nivel físico, médico y emocional. Y con mi propia familia, mis padres y mis hermanos, que me han ayudado, obviamente, a estar donde he podido estar tanto tiempo.
¿Hasta qué punto ha hecho más especial que ese viaje lo haya podido hacer con su hermano, Marc, o con amigos de toda la vida como Navarro?
Eso lo es todo. La calidad de las relaciones y las personas de las que te rodeas en la vida es lo que hace que las cosas sean especiales. Es una de las cosas bonitas del deporte de equipo, donde no todo depende de ti; y tu equipo y tus compañeros te arropan mucho. Para que puedas conseguir victorias importantes, el equipo tiene que funcionar y cada uno tiene que jugar su papel lo mejor posible. Haberlo hecho con grandes compañeros, grandes amigos, y con el punto especial de tener a mi hermano en ese viaje en esa etapa, es lo que la ha hecho mucho más especial.
¿Llegaron a hablar durante sus años en la Selección o ahora mismo, en estos días, de lo que ha sido poner a la Selección a la altura de la vieja URSS o la antigua Yugoslavia? ¿Fueron conscientes de ello?
En cierta manera o en cierta dimensión sí tenemos conciencia de lo que hemos podido hacer durante un tiempo. A nivel europeo, e incluso a nivel internacional, fuimos durante años el equipo a batir y el equipo en el que todo el mundo tenía puesto el foco por nuestro éxito y nuestra calidad como equipo. Así que nada, tienes esa percepción. Pero lo que me da más satisfacción y orgullo es que incluso habiendo ese cambio generacional inevitable y necesario, el equipo sigue estando a un grandísimo nivel y, sin ir más lejos, ganamos el Eurobasket en Alemania el año pasado; y este año creo que se estuvo muy cerca de haber llegado lejos en el Mundial. Nos quedamos a un paso de ganar al equipo que llegó al bronce… Bueno, estamos ahí, el equipo está ahí. Los jugadores siguen saliendo. Viene una buena generación por detrás que va a seguir manteniendo a nuestra Selección en los puestos más altos… Estoy muy contento por eso.
Usted ha tenido partidos muy bestias con la Selección y, sin embargo, una de las imágenes que quedan para la historia es la de la final de Londres, con todo el equipo de Estados Unidos mostrándole su respeto y abrazándole en el vestuario. ¿Cómo recuerda aquello?
Bueno. Fue un momento realmente agridulce. Después de aquella final de 2008, que todo el mundo considera el partido más épico del baloncesto FIBA, la final de Pekín, teníamos una oportunidad más en Londres. No todo el mundo tiene la oportunidad de jugar una segunda final olímpica. Lo dimos todo y no pudo ser, pero ver en ese momento de dolor cómo todo el equipo americano viene y te reconoce y te respeta, que no es algo que se haya visto muy a menudo en el mundo del deporte, pues obviamente se agradece. El momento era difícil, pero viendo las imágenes, saber que has vivido ese momento es de agradecer. Dice mucho de ellos, también. No se suele ver eso en un torneo, que el equipo campeón, que debería estar dando saltos, vaya hacia un jugador a reconocerlo así.
¿Qué espina le pincha más, no haber podido ganar a Estados Unidos en esas finales de 2008 y 2012 o en las semifinales de 2016, incluso en Tokio, o no haber podido participar en seis Juegos Olímpicos cuando en Sidney ya estaba a punto de la explosión?
Ninguna de esas dos. Me hubiera gustado haber ganado la final del Eurobasket 2007 y no haber perdido contra Francia en los cuartos del Mundial de 2014. Las dos veces, en casa. Esas son dos espinas que quedan ahí. En las dos finales contra Estados Unidos estuvimos a gran nivel y nos ganó un equipo mejor, o que supo jugar mejor ciertos momentos y se llevó el partido. Pero en la final de 2007 perdimos el partido (ante Rusia) ajustado, jugando no muy bien; y yo no jugué mi mejor partido. Eso me duele como líder del equipo. Y luego, esos cuartos de final contra Francia en un Mundial donde estábamos arrasando… Perder ese partido fue duro porque estuvimos por debajo del que tenía que ser nuestro nivel y del que había sido nuestro nivel en partidos anteriores. Esas dos espinas son las que me hubieran gustado que hubieran sido diferentes. Sin embargo, eso luego nos llevó a crecer como equipo. Después de la derrota de 2007, llegamos a la final de Pekín y ganamos los Eurobasket de 2009 y 2011. Y después de la derrota en nuestro Mundial, ganamos el Eurobasket de 2015. Gestionamos bien esas derrotas y nos hizo crecer. Pero, aun así, son derrotas y momentos y espinas que están ahí.
¿Recuerda qué merendó antes de meterle 40 puntos a Francia en Lille?
(Risas)… No recuerdo muy bien, pero merendaría un plátano y un cortado. Imagino que iría por ahí, como habitualmente. No sé si habría algo de sándwich mixto o no, no lo recuerdo… Estaba ya focalizado en el partido.
¿A qué dedica su tiempo ahora Pau Gasol?
Pues mire. Soy embajador de FIBA, de NBA, de Nike, también he hecho de embajador del Barça en Estados Unidos. Luego, soy miembro del COI y miembro de la Comisión de Atletas del COI. También miembro de la Comisión de Ética y de Coordinación de los Juegos de 2028 (Los Ángeles). También soy presidente y fundador de la Gasol Foundation, con la que estamos creciendo mucho en nuestro impacto y nuestros programas en Portugal, España, Estados Unidos; y ahora en Filipinas, donde hemos llegado gracias a una alianza con FIBA con motivo del Mundial.
¿Hay más?
Sí. Soy vicepresidente del Bàsquet Girona, apoyando a mi hermano Marc. Soy inversor en el mundo del deporte y de la salud; y apoyando empresas y emprendedores que salen de España, siendo miembro del Patronato de Endeavor. Y le podría contar más cosas. Soy una persona inquieta, ambiciosa, una persona que intenta aprovechar oportunidades, maximizar mi impacto. Que mientras esté en vida, quiere ayudar a los demás y aprovechar la responsabilidad y la oportunidad que tengo de dejar una huella grande y ayudar. Durante más de 20 años he sido embajador de UNICEF y también le dedico tiempo. Así que tengo muchas cosas y estoy orgulloso de hacerlas. Tengo patrocinios también y relaciones con empresas españolas como Telefónica, Iberia, Santander, con las que hacemos activaciones. Así que bueno. Con mucha ilusión. Y también haciendo cosas en casa, intentando ser el mejor padre y marido que puedo ser, entendiendo que no siempre es fácil con todo lo que le he contado. Y disfrutando, que si no haces eso, mejor cambia la película…
Buena reflexión final. Nos vemos en Sevilla.
Gracias.