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El nuevo rey de Mánchester

• Dec 3, 2023, 3:48 AM
8 min de lecture

Rodrigo Hernández Cascante (Madrid, 1996) completó un 2023 de ensueño. Ganador con el City de la Premier y de la Champions, en la que además hizo el gol de la final y fue MVP, campeón de la Nations League con la Selección (también MVP) y quinto en el Balón de Oro, la mejor clasificación de un jugador español desde Iniesta.

No sólo eso. A sus 27 años, se ha convertido en el mejor mediocentro del mundo, el jugador capital para Guardiola y para De la Fuente, y ha zanjado cualquier debate sobre su rol como sucesor de Busquets. El gol de la final de la Champions ante el Inter de Milán en Estambul pasa ya a la historia del City, de la competición y del propio futbolista español.

Un 2023 inolvidable que le ha hecho estar en los premios a mejor jugador del mundo junto a colosos como Messi, Haaland o Mbappé. Una proeza para alguien que en Inglaterra y de la mano de Guardiola ha llegado a cotas insospechadas.

La figura de Rodrigo en Mánchester es tan querida como la de otros grandes emblemas del equipo. El cariño de la gente es palpable. Antes del partido europeo ante el Young Boys, el club preparó sobre el césped del Etihad un espectáculo de luces y sonido que reprodujo su histórico gol logrado en la final de Estambul. El estadio enloqueció al revivirlo.

"He visto mi gol unas 5.000 veces. En todos los países y en todos los idiomas. En español, en alemán, en inglés, en italiano. ¿Cómo lo recuerdo? Vino el balón hacia atrás, estaba yo esperándolo y fue como si se detuviera el tiempo. En esos momentos da para pensar muchas cosas, aunque parezca imposible porque en realidad todo se produce en un segundo... Lo primero que pensé fue en romperla y listo; pero luego decidí colocarla y salió bien. ¡Menos mal!", dice.

Desde entonces, el Rodri is on fire es una de las canciones de moda entre los aficionados en la grada. "Te respetan mucho. Cuando te ven por la calle, no te atosigan. Simplemente te saludan o te dicen algo a lo lejos. Tú les respondes con un mismo gesto y ya está", cuenta sobre su nuevo papel como indiscutible estrella del campeón de Europa.

Eso le permite pasear por Mánchester sin problemas, ir de compras o a los sitios de moda junto a Laura, su pareja y apoyo fundamental desde que se conocieran hace siete años siendo Rodrigo aún futbolista del Villarreal. Frecuentan restaurantes como Vero Moderno, uno de los mejores italianos de la ciudad. No es extraño ver por allí también a Haaland o Guardiola, otros de los enamorados de su carta. La Melanzane ripiene al sugo, en concreto, es deliciosa.

Comodidades. Rodrigo se aprovecha también de las magníficas instalaciones de la ciudad deportiva del club, la CFA, que incluye 13 campos de hierba, un estadio con aforo para 7.000 personas, un auditorio y una residencia y un hotel en el que los jugadores se relajan antes de los partidos o de los viajes fuera de Mánchester.

"Viajamos mucho en tren. Es diferente a España, donde casi todos los trayectos a los partidos de fuera de casa los hacemos en avión. Aquí el avión lo usamos para ir a las ciudades más alejadas del sur como Brighton, pero nos movemos mucho en tren. Accedemos a la estación por unos lugares específicos y reservados para nuestro autobús, pero luego la entrada al andén la hacemos como cualquier otro pasajero y mezclados con la gente. Es bastante curioso", explica.

Mánchester, pese a ser una de las ciudades más importantes de Inglaterra, es cómoda y manejable para un futbolista. Los trayectos son cortos. En 20 minutos se puede llegar a cualquier lugar, a pesar de que a veces el tráfico se condensa en calles que no son grandes avenidas sino arterias más propias de las ciudades pequeñas. Conducir por la derecha, otro de los grandes hándicaps de cualquier español residente en las Islas, también lo tiene asimilado, aunque no sin algún desliz al principio.

Pese al bullicio de las zonas comerciales cercanas a Picadilly Gardens, Market Street o la Catedral, muchos jugadores del City viven por el centro. Hay barrios pegados al corazón de Mánchester en los que se puede vivir de manera plácida y tranquila. Eso hace que varios futbolistas del equipo, incluso algunos miembros del cuerpo técnico, sean vecinos. El espíritu de familia, de grupo, se fortalece gracias a ello, pues la convivencia es casi total: por la mañana entrenándose juntos, por la tarde conviviendo prácticamente en las mismas calles, edificios y lugares del barrio.

"Siempre digo que somos como la ONU. Hay jugadores de un montón de nacionalidades en la plantilla, cada cual con su idioma, su cultura o su religión, pero todos nos entendemos y nos respetamos. No hay grupos al margen, ni gente aislada. Me parece una parte importante de nuestro éxito", analiza Rodrigo.

Este ha sido sin duda el año del boom definitivo del español en el City, algo que Guardiola tenía muy claro en el momento  en el que lo fichó con 23 años. De hecho, fue clave su papel para convencerlo de que saliera del Atlético rumbo al Etihad y no hacia otro sitio, a pesar de que todos los grandes de Europa le querían. Así, con el pago de los 70 millones de su cláusula, el City se llevó a un mediocentro con el que dominar el mundo. Así ha sido.

Sin embargo, el primer año no fue tan satisfactorio como parecía. Es más, Rodrigo fue suplente en la final de la Champions perdida ante el Chelsea en Oporto. Es lo que muchos llaman el Peaje Pep con los jóvenes. También se ha repetido con Foden, Grealish o Julián Álvarez. Una vez superada esa barrera, el crecimiento es imparable.

Ídolo. En un vestuario con Haaland como gran estrella, Rodrigo se desenvuelve a las mil maravillas. Dicen que el noruego es menos ogro cuanto más cerca está uno de él. Es más, se ha ganado a sus compañeros y al cuerpo técnico por su carácter juvenil y afable. Un bromista y un tipo comprometido con el club al que representa.

A Rodrigo, ya como capitán, le toca la misión de ordenar al grupo, de mantenerlo unido, de conseguir que el plano colectivo sea tan importante como el individual de cada uno. Su carácter tranquilo y jerárquico ha conquistado al City. No hay nadie en el club que hable mal de él. Es un capitán con mayúsculas. Saluda con amabilidad a todos los empleados. Les dice con delicadeza que cesen de hacer ruido por unos minutos cuando debe realizar una grabación de vídeo. Se mezcla con aficionados que recorren el tour del estadio sin el más mínimo amago de evitarlos.

En las tiendas del City, Rodrigo es venerado. Su camiseta con el número 16 a la espalda es una de las más pretendidas desde que entrara en la historia del club con su gol en la Champions. Es más, recientemente se vio a aficionados de la Juventus mostrársela desde la grada a los jugadores del Inter, eterno rival, para recordarles el nombre de su verdugo. Ese nombre no es otro que Rodrigo, el futbolista que conquistó Mánchester, el ídolo de una afición entregada a su nuevo rey, el Premio AS que más internacional se ha hecho en 2023. Su gran año.