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"La marcha es necesaria en España"

• Dec 13, 2023, 11:54 PM
8 min de lecture

María Pérez García (Orce, Granada, 27 años) y Álvaro Martín Uriol (Llerena, Badajoz, 29 años) colocaron a España tercera en el medallero de los Mundiales de atletismo de Budapest 2023. Cuatro oros, dos por cabeza en 20 y 35 km, en una semana histórica y emocionante para el deporte patrio y la especialidad de la marcha en particular. “Sigo sin haber podido ver las pruebas (ríe), pero sí soy consciente de lo que hicimos tanto Álvaro como yo. Es un hito histórico difícil de repetir. Es momento de que la sociedad vea que la marcha es necesaria en España, que da muchos y muy buenos resultados”, explica la portentosa atleta granadina a AS. “Nos sentimos muy orgullosos de que esa semana saliese todo el trabajo realizado”, afirma el extremeño que es graduado en derecho y ciencias políticas.

Soñar es una obligación para alcanzar grandes retos... aunque a veces incluso se superen como revela María: “Estoy contenta porque al final la labor que intento hacer es ser un buen referente para los más pequeños. Este doble éxito hace ver a los niños que todos los sueños son posibles... aunque no siempre cumplen de la manera que los soñamos, a veces la realidad incluso los supera. Me siento una afortunada de poder haber hecho algo que es historia”. Pérez y Martín no sólo comparten la marcha, también les une un sacrificio extremo para el trabajo. Y una mollera muy dura. “Soy muy cabezota, como se me meta algo entre ceja y ceja no paro hasta conseguirlo”, dice la única mujer española con dos oros mundiales y también la pionera en poseer una plusmarca universal, la de 35 km con 2h37:15.

En categoría masculina Abel Antón también luce dos oros como Álvaro, pero en el caso del maratoniano fueron en ediciones distintas. “Ojalá poder repetirlo, pero no sé si será posible por lo que ahora estoy disfrutando del momento”, dice este currante incansable que ha conseguido fantásticos éxitos (también es bicampeón de Europa) a base de esforzarse cuando el resto llega al límite. “Yo no tengo el talento de María”, afirma con humildad. La andaluza es un prodigio... que ha tenido que trabajar como nadie tras un horrible 2022 donde fue descalificada en los Mundiales de Oregón y en los Europeos de Múnich por un marchar irregular. Dos sueños rotos. María modificó su forma de desplazarse y trabajó miles de horas para reinar en el mundo como ya lo había hecho en el continente en Berlín 2018. “He aprendido más de las cosas malas que de las buenas. El camino es duro y las cosas sientan muy bien cuando vienen después de momentos difíciles”, asegura a este periódico.

Como no puede ser de otra forma ambos son grandes defensores de la marcha y pelean fuera del asfalto casi tanto como sobre él. Y coinciden al creer que sus enormes resultados son la mejor manera de defender su especialidad. “No hay mejor hazaña que hacer las cosas bien y que salgan. España nunca había sido tercera en un medallero de un Mundial y en 2023 la marcha ha colocado nuestro atletismo en esa posición, lo que demuestra que goza de muy buena salud. Entrenamos todos los días al 100% para dar nuestra mejor versión el día D y la hora H, pero el problema es que somos seres humanos y a veces el cuerpo falla. Por eso hay que disfrutar mucho de este éxito”, dice María. Y Álvaro da datos de optimismo: “Ahora mismo estamos, dentro de lo que cabe, en buena situación. Al principio nos lo pintaban todo negrísimo, pero en principio en el programa de los Mundiales de Tokio 2025 siguen las dos pruebas por lo que parece que no han podido matarla como quisieran. Eso nos hace pensar que las noticias pueden ser buenas para Los Ángeles 2028”.

ÉXITO SIN PRECEDENTES.

La proeza que ambos lograron en la capital de Hungría les ha elevado en los últimos tres meses a un boom mediático sin precedentes. Algo que agradecen, pero que también les presiona y limita. “Ha tenido una repercusión increíble, pero a veces la gente pide más de lo que el atleta puede dar. A nosotros también nos cuesta decir que no a las cosas, pero para hacer realidad nuestros sueños y los de la gente tenemos que trabajar mucho para ello. Los grandes resultados no vienen sin trabajo fuerte y sacrificio. Y eso es lo que ahora me toca de nuevo”, asegura María que está aún recuperándose de una fractura por estrés en el sacro. “Hemos estado para arriba y para abajo recogiendo premios y galardones, pero es verdad que ahora no podemos quejarnos de esa repercusión que pedíamos. Simplemente es una situación un poco anómala, es como una ola que ya está pasando y ahora ya estamos mucho más tranquilos”, completa Álvaro.

Uno de esos reconocimientos es el Premio AS del Deporte 2023, un galardón que ambos agradecen. “No es un periódico más, es uno de los que más se lee en toda España. Yo ya he estado en diferentes galas como invitado y ahora como premiado mi rol será muy diferente, y me hace mucha ilusión. Estamos diciendo a muchos sitios que no podemos asistir, pero al AS no podríamos decirle que no”, explica Álvaro. Algo que corrobora María: “Todos los reconocimientos son buenos cuando te los conceden por tus méritos profesionales. En España el nivel es muy alto y luchar con todos y todas las deportistas que hay es un verdadero orgullo. Y recibir el premio de AS es muy bonito. Además he tenido distinciones que tienen más valor casi que las propias medallas como que a mi colegio de toda la vida le pongan el nombre de María Pérez”. Reconocimientos que también llegan en el día a día como cuenta Martín con una anécdota: “El otro día estaba estudiando en la biblioteca y una chica vino a pedirme una foto. El atletismo es un deporte minoritario y no somos Cristiano ni Messi. Por eso yo a nivel personal sigo igual. Estos éxitos no van a cambiarme ni para bien ni para mal”.

En 2024 irrumpen en el horizonte los Juegos de París, donde podrían aspirar a tres medallas en total: las dos individuales y el relevo donde, a priori, representarán a España. Una nueva meta en el horizonte. “El sueño ha empezado truncado. Afortunadamente tras casi cuatro meses intentando ver qué tenía le pusimos nombre y apellido, como dice Miquel Ángel Cos (fisio), mi ángel de la guarda junto a su mujer y a los que le tengo que agradecer mucho de las dos medallas. Necesito sentirme atleta y olvidarme de las muletas, recuperar al 100% y ver que el hueso está bien soldado para que esa articulación me permita llegar lo mejor posible a los Juegos”, explica María.

Pies en la tierra, lo mismo que Álvaro: “Como venimos de lo conseguido en el Mundial todos piensan que repetiremos. Claro que somos ambiciosos, pero también humildes y no podemos estar ya vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. Vamos a entrenar lo mejor posible e intentar dar todo lo que tengamos cada uno durante las pruebas. Si eso significa dos medallas, genial. Si es una o ninguna pero lo he dado todo y era para lo que había entrenado, pues por mi parte también me quedaré satisfecho”. Y concluye: “La marcha española viene de tres cuartos puestos en los Juegos de Tokio y obviamente queremos sacarnos esa espina por nuestra disciplina, lo consigamos María y/o yo, o algunos de nuestros compañeros. Toda la preparación y planificación está enfocada en París, compita o no en el Nacional o en los Europeos de Roma".