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Sentido homenaje ocho años después del ataque yihadista de Las Ramblas de Barcelona y Cambrils

• Aug 17, 2025, 9:22 AM
6 min de lecture
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El 17 de agosto de 2025 marca ocho años desde que Cataluña viviera una de las jornadas más trágicas de su historia reciente. Los atentados yihadistas que sacudieron Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017 dejaron 16 muertos y cerca de 150 heridos, convirtiendo esa tarde de verano en una fecha que permanece grabada en la memoria colectiva catalana.

Como cada año desde 2017, Barcelona ha rendido homenaje a las víctimas en un emotivo acto institucional celebrado frente al mosaico de Joan Miró en Las Ramblas, el punto donde el terrorista Younes Abouyaaqoub detuvo la furgoneta tras su mortal recorrido. El acto, presidido por el presidente de la Generalitat Salvador Illa, el presidente del Parlament Josep Rull, el alcalde de Barcelona Jaume Collboni y el delegado del Gobierno en Cataluña Carlos Prieto, ha mantenido la tradición de ceder el protagonismo a las víctimas.

El terror en Las Ramblas

La tarde del 17 de agosto de 2017, pocos minutos antes de las 17:00, Younes Abouyaaqoub convirtió una de las calles más emblemáticas de Barcelona en escenario de terror. La furgoneta, que circulaba por la calle Pelai, giró bruscamente hacia Las Ramblas y aceleró durante 500 metros, atropellando masiva y mortalmente a 14 personas hasta detenerse en el mural de Joan Miró.

Entre las víctimas se encontraban Xavi Martínez, de apenas tres años, y Julián Cadman, de siete años, dos nombres que simbolizan la cruel realidad de un ataque que no distinguió edades ni nacionalidades. Tras abandonar la furgoneta, el terrorista huyó a pie a través del mercado de La Boquería, entre el pánico de cientos de personas que buscaban ponerse a salvo sin comprender lo que estaba ocurriendo.

La huida de Abouyaaqoub no terminó ahí. En su escape, asesinó a puñaladas a Pau Pérez, de 34 años, para robarle el coche y continuar su fuga. A las 18:50 se confirmó oficialmente que se trataba de un ataque terrorista, posteriormente reivindicado por el Estado Islámico.

La extensión del terror a Cambrils

La jornada de horror no había terminado. A las 1:45 del 18 de agosto, un coche atropelló a varios peatones frente a un club náutico de Cambrils, en la costa tarraconense. Del vehículo salieron cinco personas: Moussa Oukabir, Mohamed Hychami, Omar Hychami, Said Aallaa y Houssaine Abouyaaqoub.

Los Mossos d'Esquadra actuaron con rapidez. Un agente logró abatir a cuatro de los terroristas, pero el quinto, en su intento de huida, mató a otra mujer antes de ser también abatido tras mostrar un cinturón con supuestos explosivos que posteriormente se confirmó eran falsos.

Una célula planificada desde Ripoll

La investigación policial reveló que los atentados fueron obra de una célula yihadista preparada desde Ripoll y liderada por el imán Abdelbaqi Es Sattii. Esta figura central murió en la explosión de una casa en Alcanar el día anterior al ataque en Las Ramblas, donde la célula había estado preparando los atentados con centenares de bombonas de butano y material para fabricar explosivos.

Los planes originales de los terroristas eran aún más ambiciosos: pretendían atacar objetivos como la Sagrada Familia o el Camp Nou. Sin embargo, las complicaciones de última hora llevaron a Abouyaaqoub a actuar por su cuenta con el método que finalmente empleó.

Las primeras detenciones llegaron la misma noche del 17 de agosto, con los arrestos de Driss Oukabir y Mohamed Houli Chemial, a los que se sumaron posteriormente Mohamed Aalla y Salah el Karib.

El final de la huida

Tras cuatro días de intensa búsqueda, los Mossos d'Esquadra localizaron a Younes Abouyaaqoub escondido en un viñedo de Subirats, provincia de Barcelona. La Policía catalana lo abatió cuando el terrorista mostró un cinturón que aparentaba llevar explosivos, aunque posteriormente se confirmó que también era falso.

Un homenaje centrado en las víctimas

El acto conmemorativo de este octavo aniversario ha mantenido el espíritu de ediciones anteriores, priorizando el recuerdo y el homenaje a las víctimas por encima del protocolo institucional. Las autoridades han guardado un respetuoso segundo plano mientras víctimas, heridos y familiares de fallecidos han protagonizado la ceremonia.

Tras un emotivo minuto de silencio, los asistentes han depositado claveles blancos en tres jardineras situadas junto al memorial del 17-A, mientras el violonchelista Manuel Martínez interpretaba el 'Cant dels Ocells', el himno no oficial de la paz compuesto por Pau Casals.

El acto ha contado con la presencia de víctimas no solo de los atentados del 17-A, sino también de otros actos terroristas perpetrados por ETA o Terra Lliure, en una muestra de solidaridad que trasciende las fronteras temporales y geográficas del dolor.