Sánchez reclama un pacto de Estado contra la crisis climática y vuelve a descartar su dimisión

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hizo este lunes un llamamiento a la clase política y a la sociedad española para hacer frente a la "emergencia climática" que, según explicó, está detrás de las olas de calor, los incendios y las fuertes tormentas que en los últimos años han provocado numerosas crisis en el país.
"Necesitamos un pacto de Estado", reclamó Sánchez durante una entrevista concedida a la cadena 'TVE', en la que el mandatario aseguró, además, que "la emergencia climática está sobrepasando todas las estimaciones de los científicos".
El líder español, que ha sido objeto de numerosas críticas en las últimas semanas debido a la gestión de su Administración durante un verano en el que se ha registrado una cifra récord de incendios en el país, exigió "lealtad institucional" a la oposición. "Debemos asumir todos nuestra responsabilidad", sostuvo.
Por su parte, Ester Muñoz, portavoz del Partido Popular, no tardó en criticar las palabras del líder socialista en la que fue su "primera entrevista en un año". "En 5 minutos ya está con el relato: bulos, qué mala es la oposición, la culpa es de los presidentes del PP", reaccionó la portavoz a través de Twitter.
Un verano especialmente difícil
Sánchez aseguró que el Ejecutivo español "está muy preparado desde el punto de vista de la respuesta", pero hizo hincapié en el elevado costo que los incendios forestales está teniendo en las arcas del Estado, que cifró en 32.000 millones de euros solo este año. "Es lo mismo que nos hemos gastado en la educación de nuestros hijos".
"La mejor manera de luchar contra los incendios no es apagarlos en verano, es apagarlos en invierno", dijo, al tiempo que abogaba por invertir en la prevención como mejor manera de hacer frente a la crisis climática que, según dijo, está afectando especialmente "a todo el Mediterráneo". "Tenemos que abordar la tarea de la reconstrucción".
La sombra de la corrupción
Cuestionado sobre los recientes escándalos de corrupción que han sacudido tanto a su formación, el Partido Socialista Español (PSOE), como a su propia familia, Sánchez admitió que llegó a pensar en dimitir. Sin embargo, aseguró que finalmente optó por seguir al frente del Gobierno para liderar la respuesta del Ejecutivo frente a otros "importantes retos", como el crecimiento económico y el papel de España en el escenario internacional.
"Mi responsabilidad no es abandonar el barco", aseveró el mandatario. Asimismo, Sánchez defendió su actuación frente a los casos de corrupción que se ciernen sobre su Gobierno, puesto que, según aseguró, en todo momento ha colaborado con la Justicia y ha respondido con total transparencia.
Respecto a las investigaciones que pesan en estos momentos tanto sobre su esposa, Begoña Gómez, quien está acusada de delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo laboral, como sobre su hermano, David Sánchez, procesado por prevaricación y tráfico de influencias, se mostró tajante al defender su "honestidad" e "inocencia": "La voy a defender siempre".
"Hay un problema de instrucción que al final lo están pagando dos personas por ser familiares míos", esgrimió Sánchez, quién no dudó en asegurar que ambos se enfrentan a procesos judiciales "muy defectuosos tanto en el fondo como en la forma".
"Hay jueces con ganas de hacer política y políticos con ganas de impartir justicia", afirmó. Asimismo, defendió que no ha tolerado "en ningún momento" ningún caso de corrupción. "He sido impacable", dijo. "Espero que la Justicia efectivamente haga justicia, y que el tiempo ponga las cosas en su sitio. Tanto a los investigados como a los investigadores", concluyó.
Retos externos e internos
Pedro Sánchez asumió la presidencia del país en 2018, después de que su predecesor en el cargo, Mariano Rajoy (PP), se enfrentará a una grave crisis que casi le impidió sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, lo que finalmente no pudo superar el entonces líder del Partido Popular fue una moción de censura presentada por el propio Sánchez.
El actual mandatario negó que su situación en estos momentos sea similar, a pesar de que, debido a la atomización actual del Congreso español, son muchas las voces que apuntan a que Sánchez no será capaz de sacar adelante los presupuestos, una situación que, según la oposición, podría paralizar al país y por la que debería renunciar al cargo.
El actual presidente rechazó tal posibilidad y aseguró que su Gobierno va a "pelear por aprobar los Presupuestos Generales", si bien restó importancia a la posibilidad de que no lo logre, pues, según dijo, los actuales presupuestos le permitirían igualmente "sacar adelante" su agenda social, y descartó convocar elecciones anticipadas.
"La parálisis sería meter al país ahora mismo en un proceso electoral", declaró. "Dos meses de campaña más luego el debate de investidura, que dura siempre lo que dura siempre en nuestro país. Y mientras tanto, perdiendo la gran oportunidad de transformar nuestro país con los fondos europeos".
Al ser preguntado por el peso de España en el tablero internacional, que, de nuevo, según la oposición, se ha visto mermado desde que Sánchez es presidente debido, entre otras cosas, a sus numerosos enfrentamientos con otros líderes mundiales, el líder socialista negó categóricamente esa caracterización y aseguró que su Ejecutivo no busca la confrontación con "ningún Gobierno".
"Podemos tener una disparidad, una diferencia en cómo abordar los asuntos globales", dijo al ser cuestionado específicamente sobre el caso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al tiempo que citó algunas de esas discrepancias: la emergencia climática, el fenómeno de la inmigración, las guerras.
La clave, dijo, es "si respetamos o no el derecho internacional, si nos posicionamos del lado de las víctimas o si lo que hacemos es transigir".
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