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El Senado de EE.UU. busca limitar las acciones de la Administración Trump contra Venezuela

• Oct 17, 2025, 4:04 PM
7 min de lecture
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En medio de la creciente tensión entre Washington y Caracas, un grupo bipartidista de senadores estadounidenses ha iniciado una ofensiva legislativa para frenar la capacidad del presidente Donald Trump de ordenar acciones militares contra Venezuela sin la aprobación del Congreso.

La resolución ha sido impulsada por el demócrata Tim Kaine, firme defensor de los poderes constitucionales del legislativo en materia bélica, y cuenta con el apoyo de representantes de ambos partidos, como Adam Schiff y el republicano Rand Paul, algo extremadamente inusual en los tiempos que corren.

"Me preocupa profundamente que la Administración Trump esté considerando lanzar ataques militares ilegales en Venezuela sin autorización específica del Congreso", argumentó Kaine en palabras recogidas en un comunicado divulgado por su oficina. "Los estadounidenses no quieren enviar a sus hijos e hijas a más guerras, especialmente guerras que conllevan un grave riesgo de desestabilización significativa y nuevas oleadas migratorias masivas en nuestro hemisferio".

En las últimas semanas, Trump no solo ha confirmado operaciones encubiertas de la CIA en suelo venezolano, sino que ha insinuado la posibilidad de una intervención terrestre, tras cinco ataques letales contra embarcaciones en el Caribe bajo la acusación de narcotráfico.

El republicano Paul, que en el pasado ya se ha mostrado crítico con el desarrollo de los acontecimientos, ha subrayado el riesgo de que Estados Unidos se vea arrastrado a "una guerra sin debate público ni voto". "El pueblo estadounidense no quiere entrar en una guerra interminable con Venezuela", dijo el republicano, según reza el comunicado, y recordó que la Constitución exige "deliberación" antes de usar la fuerza.

La Habana expresa su apoyo a Caracas

El Gobierno cubano lideró este viernes en La Habana una concentración masiva en apoyo a Venezuela, en medio de lo que calificó como crecientes "presiones y amenazas" por parte de Estados Unidos contra Caracas.

El acto, presidido por Miguel Díaz-Canel ante la estatua de Simón Bolívar, contó con delegaciones oficiales de ambos países. Entre los asistentes se encontraba el primer vicepresidente del Parlamento venezolano, Pedro Infante, quien afirmó que Caracas tiene "los medios para derrotar cualquier agresión".

EE.UU. mantiene en la región una importante presencia militar, con unos 10.000 efectivos distribuidos entre bases en Puerto Rico y buques desplegados en el Caribe. Washington acusa a Caracas de enviar presos y estupefacientes hacia su territorio, acusaciones que el Gobierno venezolano rechaza tajantemente. La Habana, por su parte, advierte de que cualquier acción militar contra su aliado tendría graves consecuencias para la estabilidad regional.

Dimisión del jefe del Comando Sur en plena escalada militar

La tensión se amplifica con el inesperado anuncio de la retirada en diciembre del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EE.UU. (SouthCom), la comandancia responsable de las operaciones militares en la región y desde la que se han coordinado los recientes ataques contra supuestas narcolanchas frente a las costas venezolanas.

"Ha sido un honor servir a nuestra nación y al pueblo estadounidense, y apoyar y defender nuestra Constitución durante más de 37 años", señaló el almirante en un breve mensaje de despedida, dirigido a sus tropas y divulgado por el Comando Sur. "Confío en que seguiréis adelante, centrados en vuestra misión, que fortalece a nuestra nación y asegura su perdurabilidad como faro de libertad en todo el mundo".

Holsey, que apenas lleva un año en el cargo, deja el puesto en pleno escrutinio desde el Capitolio, donde se cuestionan tanto la legalidad de estas operaciones como la ausencia de información sobre las víctimas. El almirante no ha llegado a explicar los motivos de su salida.

Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, se limitó a elogiar su "compromiso inquebrantable". Sin embargo, para varios legisladores, su marcha añade presión a una Administración que ha evitado compartir pruebas que justifiquen el uso de las Fuerzas Armadas en el Caribe.

La actual escalada llevó el domingo pasado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha hacer un llamamiento a crear "brigadas indígenas" por toda América Latina que, "si fuese necesario", se pudieran movilizar rápidamente para acudir en ayuda de Venezuela ante la "amenaza" que representa la actual escalada con Estados Unidos.

Asimismo, este mismo viernes, el régimen de Maduro activó en cuatro estados del país un plan de "defensa integral", denominado Independencia 200, que contempla la movilización de ciudadanos militares y policías, como parte de las preparaciones de Caracas ante una posible ofensiva estadounidense.

La operación, que había sido anunciada el pasado mes de septiembre, se desarrolló en las localidades de Mérida, Trujillo, Lara y Yaracuy, en la zona occidental del país, que representan una "línea clave de garantía de defensa, de estabilidad económica y desde todo punto de vista", según argumentó Maduro a través de su canal de Telegram.