Al menos 13 personas mueren a manos de las fuerzas israelíes durante una incursión en un pueblo del sur de Siria

Las Fuerzas Israelíes han matado al menos a 13 personas, entre ellas mujeres y niños, en su ataque más mortífero contra Siria desde que tomaron el sur del país hace un año.

Según funcionarios sirios y la agencia estatal de noticias SANA, las fuerzas israelíes asaltaron el viernes la aldea de Beit Jin con la intención de detener a hombres de la localidad, pero abrieron fuego cuando se enfrentaron a los residentes, lo que también provocó que decenas de familias huyeran de la zona. El Ministerio de Asuntos Exteriores sirio definió el ataque como una "horrible masacre".

Israel declaró el viernes que había llevado a cabo una operación en Beit Jin para detener a miembros del grupo militante Jamaa Islamiya que planeaban ataques con artefactos explosivos improvisados y cohetes contra Israel. Según el comunicado, otros militantes abrieron fuego contra las tropas, hiriendo a seis soldados, y las fuerzas respondieron al fuego, apoyadas por la aviación. Según Israel, la operación ha concluido, todos los sospechosos han sido detenidos y varios militantes han muerto.

Un funcionario local, Walid Okasha, dijo a The AP que los muertos eran civiles. Entre las víctimas había también una pareja y sus dos hijos, así como el tío de los niños y otro hombre que se había casado el día anterior.

Firas Daher, residente en Beit Jin, dijo que las tropas se desplazaron hacia las 3:00, hora local, y encontraron "una ligera resistencia, con armas ligeras". Dijo que las fuerzas israelíes respondieron con aviones no tripulados, helicópteros y fuego de ametralladora pesada. "Cada vez que alguien se movía dentro del pueblo, o cualquier coche se movía, era alcanzado. Cuando intentamos llevar heridos al hospital, atacaron el coche que los transportaba", afirmó.

Desde la caída del expresidente sirio Bashar al Assad en diciembre de 2024, las fuerzas israelíes se han apoderado de una franja del sur de Siria que antes formaba parte de una zona tampón supervisada por la ONU y creada en virtud de un acuerdo de retirada de 1974.

Desde entonces, las tropas israelíes han llevado a cabo operaciones periódicas en ciudades y pueblos dentro y fuera de la zona, incluidas redadas para capturar a personas a las que acusa de ser militantes. Israel también ha realizado cientos de ataques aéreos contra instalaciones militares sirias y ha presionado para que se desmilitarice la zona al sur de Damasco.

Los residentes armados se han enfrentado varias veces a las incursiones israelíes. En abril, las tropas irrumpieron en la ciudad de Nawa y, tras ser desafiadas por la población local, llevaron a cabo ataques aéreos en los que murieron nueve personas. Un mes antes, las fuerzas israelíes mataron a seis personas durante enfrentamientos similares en la aldea de Koayiah.

Durante una incursión anterior en Beit Jin en junio, las fuerzas israelíes detuvieron a varias personas a las que calificaron de miembros de Hamás, afirmación rebatida por la población local, y mataron a un hombre cuya familia dijo que padecía esquizofrenia.

El viernes, el Gobierno sirio instó a la comunidad internacional a tomar "medidas urgentes" para detener las operaciones israelíes, al tiempo que condenaba la incursión como una violación de la soberanía nacional.

Las tensiones aumentaron aún más en la región a principios de esta semana, cuando un ataque israelí en Beirut mató a un alto cargo de Hezbolá descrito por Israel como el jefe del Estado Mayor del grupo.

El martes, Naciones Unidas declaró que Israel había matado al menos a 127 civiles, incluidos niños, en sus ataques contra Líbano desde el alto el fuego de hace un año.