...

Logo Pasino du Havre - Casino-Hôtel - Spa
in partnership with
Logo Nextory

¿Dónde está el factor humano en estas negociaciones de paz?

• Mar 2, 2025, 11:35 AM
9 min de lecture
1

Mientras los líderes europeos debaten posibles negociaciones de paz, Ucrania sufre un bombardeo constante de drones y misiles por parte de Rusia.

Todos hemos oído al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablar de las miles de personas que han muerto en la guerra. Le insto a él y a otros líderes a que hablen también de los miles de mujeres y hombres ucranianos que están siendo torturados en cárceles rusas y de los 20.000 niños ucranianos que son secuestrados y deportados a Rusia.

Las negociaciones de paz deben conseguir la liberación de las víctimas y el castigo de los criminales de guerra. Debemos garantizar la protección de la democracia ucraniana. Quiero recordar a los negociadores de paz que esta supone la libertad de vivir sin miedo a la violencia y de tener perspectivas a largo plazo.

Debemos recordar que la guerra con Rusia no es sólo una guerra entre dos Estados. Es una guerra entre dos sistemas: el autoritarismo y la democracia. Cada sistema tiene su propio conjunto de valores y actitudes. Los regímenes autoritarios suelen practicar determinadas actitudes culturales, especialmente en el trato que dan a las mujeres. Esa es la razón por la que, por ejemplo, en Irán se persigue a las mujeres por llevar "ropa inapropiada"; en Afganistán se prohíbe a las mujeres entrar en colegios, institutos y universidades; y en Rusia se despenaliza la violencia de género. Esto siempre es una proyección de lo que el Gobierno hace a la gente en su país.

Por eso, cuando debatimos el acuerdo de paz, debemos asegurarnos de que no se socava la lucha de los ucranianos por la libertad y la democracia. Al fin y al cabo, un acuerdo que concede demasiado sólo allana el camino a futuras miserias y conflictos a manos de una Rusia decidida a perseguir sus ambiciones imperialistas.

Los crímenes de guerra rusos siguen impunes

Ucrania necesita garantías de seguridad que la protejan de ataques posteriores y eviten que la guerra se extienda a otros países. La más convincente sería el ingreso en la OTAN. El principio de defensa colectiva de la OTAN garantizaría la soberanía de Ucrania y la seguridad europea. Hasta entonces, Ucrania debe estar protegida por amplios acuerdos de seguridad y medidas de disuasión.

El historial de Rusia hace que estas garantías sean necesarias. Los acuerdos de Minsk se firmaron en 2014-2015 tras la invasión ilegal y posterior ocupación de Crimea y partes del este por parte de Rusia. Sin embargo, cuando a Putin le convino, declaró que estos no existen.

Así pues, no puede haber paz sostenible sin justicia. También debemos recordar que esta guerra lanzada por Rusia contra Ucrania es el resultado de la impunidad de la que Rusia ha disfrutado durante décadas. Las tropas rusas cometieron crímenes de guerra en Chechenia, Georgia, Siria y Libia y nunca fueron castigadas. Rusia cree que puede hacer lo que quiera.

Esta crueldad también es evidente en el uso del terror por parte de Rusia en los territorios ocupados. El Ejército ruso secuestra, encarcela, tortura y mata a civiles, violando el principio del trato humano de los prisioneros de guerra.

Trabajadores funerarios llevan un ataúd con el cuerpo de un civil no identificado, que murió en el territorio de la comunidad de Bucha durante la ocupación rusa
Trabajadores funerarios llevan un ataúd con el cuerpo de un civil no identificado, que murió en el territorio de la comunidad de Bucha durante la ocupación rusa AP Photo / Emilio Morenatti

Según la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU en Ucrania, las personas cautivas son sometidas a palizas, descargas eléctricas, asfixia, violencia sexual, arrancamiento de uñas y dientes, privación de agua, comida y sueño, además de falta de atención médica.

El proceso de paz debe incluir la liberación inmediata de todos los civiles ucranianos deportados y detenidos ilegalmente y el intercambio de prisioneros de guerra. Como condición previa, Rusia debe conceder pleno acceso a las organizaciones internacionales, humanitarias y religiosas para mejorar inmediatamente las condiciones de detención y tratamiento.

La ONU, el Consejo de Europa y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) deben tener libre acceso a los territorios ocupados. En la actualidad, millones de ucranianos atrapados en los territorios ocupados sufren graves malos tratos a manos de un Estado ruso que pretende eliminar la cultura ucraniana y doblegar a su pueblo.

Si se aplicara correctamente, la Convención de Ginebra garantizaría que los civiles tuvieran libertad para desplazarse de los territorios ocupados a los territorios libres de Ucrania. Garantizaría el derecho a la vida y a la integridad personal, la preservación de la identidad ucraniana y la libertad de acceso a Internet y a los medios de comunicación.

Una paz sin garantías no protegerá a los civiles

Entre los ucranianos retenidos por Rusia hay al menos 20.000 niños. Rusia está borrando sistemáticamente su identidad mediante brutales campos de reeducación y la adopción forzosa por familias rusas.

Todos los niños ucranianos secuestrados ilegalmente deben ser localizados y devueltos inmediatamente a sus familias. Su retorno seguro debe ser supervisado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Comité Internacional de la Cruz Roja.

La agresión de Rusia en Ucrania sólo es posible cuando dispone de los fondos necesarios. Putin habla de prepararse para la lucha global que se avecina y ha reestructurado la economía para ponerla al servicio de sus necesidades militares. Es vital restringir la capacidad de la economía rusa para financiar los planes militares de Putin en Ucrania y otras partes del mundo.

Deben mantenerse las duras sanciones hasta que Rusia abandone todo el territorio ucraniano ocupado. Los activos rusos congelados deben incautarse y utilizarse para la defensa de Ucrania, para indemnizar a las víctimas y para reconstruir la economía y las infraestructuras ucranianas, incluidos colegios, hospitales e instalaciones energéticas destruidas por el Ejército de Putin.

Los ucranianos quieren que se ponga fin a la muerte y la destrucción. Sin embargo, un acuerdo de paz que no garantice la seguridad del país, que no proteja a los hombres, mujeres y niños ucranianos que están sufriendo de forma tan inimaginable y que no corte la capacidad financiera de Rusia sólo retrasará, no destruirá, su capacidad para perseguir sus devastadores objetivos. Y entonces, continuará su reinado de terror más allá de nuestras fronteras.

Como ucranianos, seguimos luchando por nuestras vidas, y esta lucha por un acuerdo de paz que nos proteja en el futuro es una de las batallas más urgentes e importantes de todas.

Oleksandra Matviichuk es abogada ucraniana por los Derechos Humanos y Premio Nobel de la Paz.