El ministro de Economía de Irán es destituido mientras el rial iraní cae a casi un millón por dólar estadounidense

La destitución de Abdolnasser Hemmati se produjo en medio de la creciente preocupación por el desplome del rial y las acusaciones de mala gestión, apenas seis meses después del inicio del nuevo Gobierno del presidente Masoud Pezeshkian. Pezeshkian, que defendió a Hemmati, subrayó que el gobierno está inmerso en una dura batalla con Occidente. Pidió más unidad y cooperación al Parlamento para hacer frente a estos retos.

La decisión se produce en medio de las crecientes tensiones en torno al programa nuclear iraní y el empeoramiento de las relaciones con Occidente. La economía iraní se ha visto gravemente afectada por las sanciones internacionales, especialmente tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015. En 2015, el rial valía 32.000 por dólar, pero cuando Pezeshkian asumió el cargo en julio, se había desplomado a 584.000 por dólar. Recientemente, ha caído aún más, y las casas de cambio de Teherán cambian 930.000 riales por cada dólar.

Según un artículo publicado en X por Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, el rial iraní es la tercera moneda con peor comportamiento del mundo.

Durante el proceso de destitución, Mohammad Qasim Osmani, legislador que apoya a Hemmati, argumentó que el aumento de la inflación y los tipos de cambio no eran culpa del actual Gobierno ni del Parlamento. Señaló el déficit presupuestario dejado por la Administración anterior, que, según él, contribuyó a la inestabilidad económica. Osmani también citó los recientes acontecimientos geopolíticos como factores que minaron la confianza pública, haciendo que mucha gente convirtiera sus ahorros en divisas, lo que a su vez devaluó aún más el rial.

Hemmati reconoció la difícil coyuntura económica durante sus cinco meses en el cargo, incluida una reducción del 10% de la inflación. Sin embargo, reconoció que la inflación seguía siendo alta, del 35%. Aseguró a los legisladores que su equipo estaba trabajando duro para resolver el problema, pero advirtió que el proceso llevaría tiempo. Este último acontecimiento es un capítulo más de las continuas luchas políticas y económicas de Irán, que sigue manteniendo una compleja relación con la comunidad internacional.