Cientos de oficinas federales de EE.UU. podrían cerrar pronto por las medidas del DOGE de Musk contra el gasto innecesario
Las agencias federales comenzarán a desalojar cientos de oficinas en todo el país este verano bajo un impulso frenético y plagado de errores por parte de los asesores de Elon Musk para recortar el presupuesto y poner fin a los contratos de arrendamiento que, según ellos, malgastan dinero.
El Departamento de Eficiencia Gubernamental de Musk mantiene una lista de arrendamientos inmobiliarios cancelados en su sitio web, pero los documentos internos obtenidos por The Associated Press contienen un detalle crucial: cuándo se espera que esas cancelaciones entren en vigor.
Los documentos internos de la Administración de Servicios Generales, el gestor inmobiliario del Gobierno de EE.UU., enumeran docenas de contratos de arrendamiento de oficinas y edificios federales que se espera que finalicen el 30 de junio, y cientos más previstos para los próximos meses.
El rápido ritmo de cancelaciones ha hecho saltar las alarmas, y algunas agencias y legisladores estadounidenses han pedido a la DOGE que exima a determinados edificios. Varias agencias se enfrentan a la cancelación de más de dos docenas de contratos de arrendamiento, entre ellas el Servicio de Impuestos Internacionales (IRS), la Administración de la Seguridad Social, el Departamento de Agricultura y el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Las cancelaciones podrían afectar a agencias no tan conocidas, pero que supervisan servicios fundamentales para muchos estadounidenses. DOGE afirma que la Administración General de Servicios (GSA) ha notificado a los arrendadores en las últimas semanas sus planes de rescindir cerca de 800 contratos de arrendamiento, dando prioridad a los que pueden rescindirse en cuestión de meses sin penalización.
El grupo calcula que la medida ahorrará unos 500 millones de dólares (461 millones de euros) a lo largo de los plazos de los contratos, que en algunos casos estaban previstos hasta la década de 2030. Sin embargo, el ahorro estimado por DOGE -una fracción del billón de dólares (922.000 millones de euros) de Musk- no tiene en cuenta los costes de traslados y cierres.
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