La responsabilidad ha prevalecido en la dimisión del primer ministro lituano

Gitanas Paluckas anunció el jueves su dimisión tras una serie de negocios sospechosos que dieron lugar a una investigación mediática. La investigación se puso en marcha después de que el millonario lituano Tautvydas Barštys publicara en Facebook una foto del primer ministro sosteniendo una carpa que había pescado. La publicación, aparentemente trivial, atrajo la atención de los periodistas de investigación, que empezaron a investigar los vínculos de Paluckas con el empresario.
Las investigaciones sobre el pasado financiero del primer ministro revelaron cada vez más negocios sospechosos. Un informe descubrió que Garnis, empresa de la que Paluckas es copropietario, recibió un préstamo preferente de 200.000 euros del banco lituano de desarrollo ILTE cuando el primer ministro ya ocupaba el cargo.
En el curso de las investigaciones nacionales de las instituciones supervisoras se ha alegado un conflicto de intereses, ya que Paluckas no se ha recusado de tomar decisiones a nivel gubernamental en relación con ILTE. En un informe de los medios de comunicación, se acusó a Garnis de ser una tapadera para transferir un préstamo a otra empresa.
En dos semanas, el Servicio Lituano de Investigación de Delitos Financieros (FNTT), el Servicio Especial de Investigación (STT) y la Comisión Central de Ética Oficial (VTEK) iniciaron investigaciones sobre posibles violaciones éticas cometidas por Paluckas. ILTE Bank también ha puesto en marcha su propia auditoría interna.
También se han producido nuevas acusaciones sobre los vínculos financieros de Paluckas, hasta ahora no revelados. Los medios de comunicación recordaron su controvertido pasado: en 2009 fue condenado por abuso de poder cuando dirigía la administración de Vilna. El caso se refería a la contratación de servicios de exterminio y pasó a la historia como el "escándalo de las ratas".
Paluckas se vio entonces sometido a crecientes presiones de su propio partido, de la opinión pública y del presidente lituano, Gitanas Nausėda, para que dimitiera. El presidente lituano había dado previamente al primer ministro dos semanas para responder públicamente a las acusaciones o dimitir. Sin embargo, la presión no disminuyó. Aunque Paluckas mantiene que no cometió ninguna irregularidad durante su mandato, dimitió el jueves.
"Viendo cómo los escándalos avivados están paralizando la labor del Gobierno, decidí que no podía exponer a la coalición y al gabinete a ser rehenes de estas cuestiones. Por eso decidí tomar una decisión rápida e inequívoca", declaró Paluckas en el comunicado de su partido.
"El nuevo primer ministro tendrá que nombrar un nuevo gabinete, que luego deberá ser aprobado por el presidente. También es posible que se produzcan cambios en los cargos ministeriales", valoró el doctor Mažvydas Jastramskis, de la Universidad de Vilna, en una entrevista con 'Euronews'.
Aunque el experto admite que la imagen del partido de Paluckas "se ha visto dañada hasta cierto punto", añade que el resultado final de la investigación "demuestra la resistencia de la democracia lituana y de los medios de comunicación". "Al final, el primer ministro no logró mantenerse en el poder y prevaleció la responsabilidad".
Por su parte, Ignas Kalpokas, de la Universidad Vytautas Magnus, cree que la dimisión de Paluckas demuestra la fuerza del periodismo de investigación, pero no desencadenó una movilización pública significativa. "Hubo algunas protestas contra el primer ministro, pero no fueron masivas. Creo que al final su marcha se debió principalmente a los resultados de la investigación y a las redadas en empresas vinculadas a su familia, que le convirtieron en una carga para su propio partido", afirmó.
Paluckas dirigía el Gobierno desde diciembre del año pasado, tras las elecciones de octubre. Hasta que se elija un nuevo candidato, sus funciones serán desempeñadas por Mindaugas Sinkevičius, alcalde del distrito de Jonava.
Entre los posibles sucesores, se menciona al vicepresidente del Seimas, Juozas Olekas, y a la ministra de Trabajo, Inga Ruginienė, pero los expertos señalan que la composición de la nueva coalición sigue siendo una incógnita.
"La política lituana está muy polarizada. A diferencia de Alemania, donde son posibles las grandes coaliciones, en nuestro país la hostilidad entre agrupaciones limita mucho los posibles acuerdos", explica Kalpokas. "Esto estrecha seriamente la elección del nuevo primer ministro y la composición del futuro Gobierno", añadió.
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