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Las agencias de la UE intentan combatir la hepatitis vírica en las cárceles europeas

• Aug 11, 2025, 9:51 PM
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Las agencias de la UE encargadas de la prevención de enfermedades y la lucha contra las drogas han lanzado conjuntamente un conjunto de herramientas para apoyar los esfuerzos encaminados a eliminar la hepatitis vírica en las cárceles europeas.

La iniciativa del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades y la Agencia Europea de Medicamentos apoya el objetivo de la Organización Mundial de la Salud de eliminar la hepatitis vírica como amenaza para la salud pública de aquí a 2030.

Publicada antes del Día de la Justicia Penitenciaria (10 de agosto), la guía pretende apoyar la prevención y la atención de las hepatitis B y C en las prisiones de toda Europa. Está dirigida principalmente a los profesionales que trabajan en los servicios sanitarios de las prisiones y ofrece información sobre cómo establecer intervenciones para prevenir y controlar la hepatitis vírica en estos entornos.

Según la Comisión Europea, el número de reclusos en la UE rondó los 499.000 en 2023, lo que equivale a 111 reclusos por cada 100.000 habitantes , lo que representa un aumento del 3,2% con respecto a 2022.

En la UE, la prevalencia de la hepatitis B y C es más alta entre determinadas poblaciones, como los migrantes, las personas que se inyectan drogas, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales y las personas encarceladas.

Esto convierte a las prisiones en un entorno de alto riesgo para la transmisión de la hepatitis B y C, ya que las poblaciones carcelarias y las personas que se inyectan drogas suelen coincidir, según las agencias. "Por lo tanto, el encarcelamiento y el consumo de drogas están entrelazados y aumentan el riesgo de infección por enfermedades transmisibles", señala la guía.

La escasez de acceso a material de inyección limpio en la mayoría de los centros penitenciarios aumenta aún más el riesgo, no sólo por el consumo de drogas, sino también por los tatuajes y los piercings. La hepatitis B y la hepatitis C son causas importantes de cirrosis, cáncer de hígado, trasplante de hígado y muertes relacionadas con el hígado.

La OMS calcula que en Europa hay 10,6 millones de personas con hepatitis B crónica y 8,6 millones con hepatitis C crónica, la mayoría de las cuales siguen sin estar diagnosticadas.

Ambos organismos subrayan los retos singulares que supone abordar esta cuestión en el contexto penitenciario -incluidos la insuficiencia de recursos, la falta de formación y el subdesarrollo de los sistemas de vigilancia y seguimiento de la salud pública-, todo lo cual puede obstaculizar la aplicación de las recomendaciones.

También subrayan la necesidad de abordar estas infecciones no sólo para mejorar la salud individual de los reclusos, sino también para reducir la transmisión dentro de las prisiones y en la comunidad en general tras la puesta en libertad.