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Francia también da la espalda al modelo migratorio de Giorgia Meloni: "No se puede trasladar aquí", dice Barnier

• Oct 19, 2024, 7:12 AM
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A pesar de la buena acogida por parte de los países miembros de la UE excepto España, el primer ministro francés, Michel Barnier, ha declarado que no considera que el acuerdo firmado por Italia con Albania para el envío de solicitantes de asilo a ese país pueda funcionar en Francia.

"No creo que este ejemplo pueda ser trasladado a Francia", declaró Barnier a los periodistas en Menton, una ciudad francesa cercana a la frontera con Italia. Barnier también dijo que el acuerdo con Albania no funcionaría allí por motivos legales.

La semana pasada, Italia inauguró formalmente dos centros de repatriación en Albania, bajo la jurisdicción de Roma, donde pretende procesar a miles de solicitantes de asilo fuera de sus fronteras.

Revés para Giorgia Meloni

El viernes, el plan del Gobierno de Meloni sufrió un nuevo revés después de que la Sección de Inmigración del Tribunal de Roma dictaminara que los 16 migrantes enviados a Albania a principios de semana tenían derecho a ser devueltos a Italia.

Los 12 que permanecieron en los centros en los últimos días regresarán este sábado a Italia a bordo de un barco militar. Se espera que los migrantes lleguen a Bari y, una vez allí, tendrán 14 días para apelar la denegación de su solicitud de residencia por parte de las autoridades italianas.

El Gobierno también ha decidido apelar, pero contra el fallo del Tribunal de Roma que ordena el regreso de los migrantes a Italia. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, criticó la sentencia en una conversación con periodistas en Beirut, la capital libanesa.

"La cuestión es mucho más amplia porque, en esencia, lo que dicen los jueces es que no hay países seguros. Así que anuncio oficialmente que el problema no existe en Albania. El problema es que nadie puede ser repatriado. El problema es que no se puede expulsar a las personas. El problema es que no se puede hacer ninguna política para defender las propias fronteras y, por lo tanto, espero que también me digan cómo resolverlo", afirmó.

La Brigada Fronteriza entre Francia e Italia

En Menton, Michel Barnier se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, y el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, para discutir sobre el control de fronteras y la inmigración irregular.

"Todo lo que Italia está haciendo para controlar el flujo de inmigración, todo lo que nosotros mismos estamos haciendo con el mismo espíritu o que haremos, lo estamos haciendo por nosotros mismos y juntos, de manera más efectiva que si cada uno actuara por su cuenta. Y también lo hacemos por la Unión Europea", declaró Barnier.

Los italianos me pidieron que detuviera la inmigración ilegal. La detendré. Haré todo lo posible por limitar la inmigración ilegal masiva.
Giorgia Meloni
Primera ministra de Italia

Tras la reunión, Barnier anunció en un post en X que los dos países acordaron crear una Brigada especial para frenar el tráfico de inmigrantes a través de la frontera franco-italiana.

"Estamos muy satisfechos con las relaciones franco-italianas en este momento, con el gobierno de Barnier, y estamos fortaleciendo estos lazos en el ámbito de la inmigración", añadió Tajani.

Centros de repatriación como solución a la crisis migratoria

La inmigración irregular es actualmente un tema candente para la Unión Europea y ha dominado la agenda de la cumbre en Bruselas a principios de esta semana. La conversación se ha vuelto notablemente más tensa desde que, en mayo, el bloque completó una revisión de su reglamento en materia de asilo, tras casi cuatro años de arduas negociaciones que los críticos creían que nunca llegarían a buen puerto.

A pesar de este hito, que Bruselas calificó como "histórico", un número creciente de Gobiernos ha exigido acciones más contundentes para detener los cruces fronterizos irregulares y reducir las solicitudes de asilo, que el año pasado alcanzaron las 1.129.000.

El debate se ha centrado en las "soluciones innovadoras", con especial atención a las deportaciones. Durante años, la UE ha luchado por repatriar a los solicitantes de asilo cuyas solicitudes de protección internacional han sido rechazadas. La complejidad de este panorama ha dejado al bloque con una tasa de expulsión del 20% al 30%, un porcentaje que las capitales quieren aumentar desesperadamente.

Una idea que ha pasado de ser marginal a 'mainstream' es la creación de los llamados "centros de repatriación" fuera del territorio de la UE. Según este plan, aún no probado, los países transferirían a los migrantes cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas a estos centros externos, donde esperarían hasta que se complete el proceso de expulsión.