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La UE apunta al desperdicio alimentario y la moda rápida en su nueva guerra contra el despilfarro

• Feb 19, 2025, 3:50 PM
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La Unión Europea (UE) ha fijado por primera vez objetivos jurídicamente vinculantes para que los Estados miembros reduzcan el desperdicio de alimentos. Los legisladores han acordado una reducción del 30% en minoristas, restaurantes, empresas de catering y hogares para finales de la década.

En el caso de los procesadores y fabricantes de alimentos, el objetivo para 2030 es una reducción del 10%; ambos objetivos se basan en la media de los tres años anteriores a 2023. Según estimaciones de la UE, cada año se tiran a los contenedores más de 59 millones de toneladas de alimentos, lo que supone una pérdida de 132.000 millones de euros.

Las reformas de la directiva marco de residuos de la UE, acordadas esta mañana tras una maratoniana sesión de negociación a puerta cerrada entre eurodiputados y delegados gubernamentales, también afectan a la industria textil.

Las nuevas normas armonizadas sobre responsabilidad ampliada del productor (RAP) obligan a los fabricantes textiles y las marcas de moda a pagar una tasa para financiar la recogida, clasificación y reciclado de residuos, en función del grado de circularidad y sostenibilidad de sus productos.

En una medida que apunta directamente a las prácticas de 'moda rápida', como la ropa barata y casi desechable de las plataformas online, los gobiernos de la UE también están facultados para adaptar estas tasas en función de la durabilidad de las prendas.

"El rápido crecimiento del mercado del comercio electrónico ofrece muchas oportunidades, pero también representa un reto importante, especialmente en términos de protección del medioambiente", reza el texto acordado.

La legislación da margen para penalizar las estrategias de marketing agresivas que incitan a deshacerse de las prendas antes de que estén gastadas, unas prácticas que según la normativa "pueden dar lugar a un consumo excesivo de productos textiles y, en consecuencia, a una generación excesiva de residuos".

Decepción por el nivel limitado de ambición reflejado en los objetivos

Entre los criterios que pueden tenerse en cuenta figuran la amplitud de la gama de productos ofrecida por un minorista y la existencia o no de servicios de reparación e incentivos. Los defensores de la lucha contra los residuos celebraron la actuación de la UE, pero se mostraron decepcionados por el nivel de ambición reflejado en los objetivos principales.

"Hace diez años, la UE y sus Estados miembros se comprometieron a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, entre ellos la reducción del 50% del desperdicio alimentario en toda la cadena de suministro", declaró Theresa Mörsen, responsable de políticas de la ONG Zero Waste Europe, con sede en Bruselas.

Falta de medidas

El grupo también criticó la falta de medidas de reducción de residuos a nivel de producción, señalando que las estadísticas de la UE sugieren que alrededor del 11% de los alimentos se desperdicia antes de salir de la granja. Según Mörsen, la actuación en el sector textil también deja "margen de mejora".

"Esperábamos que los Estados miembros se inspiraran en los sistemas existentes en Francia y Países Bajos y apuntalaran la RPE con objetivos concretos para lograr la circularidad".

La eurodiputada polaca Anna Zalewska, del ultraderechista Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), se atribuyó el mérito de haber protegido a los agricultores de la obligación de reducir el desperdicio alimentario.

"Hemos logrado garantizar disposiciones viables y realistas para que los Estados miembros apliquen políticas de reducción del desperdicio de alimentos y hemos conseguido que el sector agrícola no se vea afectado negativamente", afirmó. El acuerdo es provisional y está sujeto al visto bueno de los ministros de los gobiernos en una cumbre del Consejo de la UE, un procedimiento que normalmente es una formalidad.