El auge de la compra de vivienda en solitario: “Ojalá lo hubiera hecho antes”

A sus 31 años, Rafael Villanueva vive en Vigo, en la antigua casa de su abuela. Se instaló allí después de comprarles la parte que les correspondía a sus padres, sus tíos y su hermana. “Necesitaba más espacio que el que tenía en mi anterior piso”, cuenta por teléfono. Ese otro piso, “de dos habitaciones, pero pequeñito”, también era suyo. “Me costó 145.000 euros y lo fui reformando poco a poco”. Lo hizo mientras estaba de alquiler en Madrid, donde había intentado comprar, pero no lo había conseguido “porque era prohibitivo para alguien con un sueldo normal como el que yo tenía”, dice. Después de terminar con la reforma, lo mantuvo dos años alquilado antes de mudarse definitivamente. “El vértigo me entró más con la segunda compra”, reconoce, pese a que para llevar a cabo ambas operaciones contó con ayuda familiar y tiró de los ahorros que había ido acumulando.
Hoy