1929: repetición y fantasma
El colapso de 1929 no solo fue la consecuencia de horrorosas decisiones económicas y políticas. Fue, ante todo, una tragedia psicológica colectiva, alimentada por la euforia, la codicia, la negación y el mito del progreso infinito. Andrew Ross Sorkin, en su reciente obra 1929. The inside story of the greatest crash in Wall Street history (1929. La historia secreta de la mayor crisis bursátil de la historia de Wall Street), reconstruye los eventos de la implosión desde una perspectiva más íntima que en estudios precedentes, revelando cómo la mentalidad de los protagonistas (banqueros, especuladores, políticos y ciudadanos) fue tan determinante como la gobernanza providencial de los factores. Si hacemos una reflexión crítica de sus conclusiones, podemos sintetizar una serie de rasgos culturales y psíquicos de aquel fenómeno y época que aún persisten en el inconsciente político de nuestros días, pudiendo retornar un ciclo de repetición neurótico atenuado por el misterio de la oikonomía (referida al origen teológico de la mentalidad económica occidental: unión de la administración diligente de una casa con el plan divino de la salvación).