“A los extremeños nos pusieron la central nuclear de Almaraz porque nadie la quería y ahora que la queremos nos la van a quitar”


Fernando Sánchez (43 años) trabaja como técnico radiológico en la central nuclear de Almaraz y es alcalde de un pueblo cercano, Belvís de Monroy, una aldea de apenas unos 800 habitantes, en la que gobierna por el partido regionalista Levanta Extremadura. El cese de la actividad en la planta, cuyos dos reactores están previstos que cierren en 2027 y 2028, le ha llevado a crear Sí a Almaraz, Sí al futuro, una plataforma en la que participan trabajadores de la central, varios ayuntamientos de la zona, asociaciones empresariales y sindicatos, entre otros, para presionar a políticos y empresas a que se sienten a hablar para asegurar la continuidad de una instalación que genera unos 4.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Él, al igual que los otros miles, teme que el fin de la nuclear le obligue a tener que irse a otro lado en busca de un empleo. Este alcalde y activista por la continuidad de la planta nuclear ha hablado por teléfono con EL PAÍS.
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