Las claves: cara y cruz contable y medioambiental del gran apagón
                        Las consecuencias del apagón se siguen notando no solo en el debate público y en el balance energético, sino, también, en las cuentas de las grandes compañías energéticas y en el medioambiente. Con el miedo a que este fenómeno vuelva a producirse, y ante la constatación de que evitarlo puede pasar por aumentar la generación síncrona, el balance de los nueve primeros meses del año refleja que el operador ha abrazado la producción con gas, que se dispara un 50%. La operativa reforzada se refleja a su vez en los resultados de las compañías: en la cara de la moneda está Naturgy, la líder de ciclos combinados en España y la mayor importadora de gas, que aumentó el beneficio bruto de explotación de sus plantas en España en un 84%, hasta los 304 millones de euros. No es de extrañar, pues, su posicionamiento moderado respecto de la prolongación de la vida de las nucleares. En la cruz está el extracoste en restricciones técnicas que supone la operación reforzada, que se calcula en 3.300 millones para el sector. Aunque el gran perdedor es, sin duda, el medioambiente: el uso masivo de ciclos combinados supone una lamentable subida de casi otro 50% de las emisiones de CO2.
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