El auge de Aliança Catalana sacude el tablero político en Cataluña
Desde finales de 2025, el mapa político de Cataluña vive un vuelco inesperado. La formación Aliança Catalana (AC) ha despegado con fuerza y, según el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), podría situarse ya al nivel de empate técnico de Junts per Catalunya, el partido tradicional y pilar del independentismo liderado por Carles Puigdemont.
El repentino ascenso de AC no se reduce a un simple ajuste de fuerzas: representa la entrada de un nuevo actor en la escena catalana que puede reconfigurar equilibrios, alianzas y debates identitarios. Su discurso, centrado en las fuertes retóricas sobre inmigración y crítica al sistema, ha logrado captar tanto a un electorado desencantado con los partidos tradicionales como a quienes se sienten huérfanos del impulso independentista tras la fase más intensa del 'procés'.
Para intentar entender las raíces de este fenómeno, si responde a una ola global de populismos de extrema derecha, si se trata de un voto coyuntural o de fondo y las perspectivas de futuro, 'Euronews' ha hablado con Oriol Bartomeus Bayés, director del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales de la Universitat Autònoma de Barcelona.
El crecimiento es "especialmente intenso entre los votantes jóvenes"
El director explica que el crecimiento de Aliança Catalana se entiende en el marco más amplio del auge de partidos de extrema derecha y nacional-populistas en democracias de todo el mundo. Según Bartomeus, "hay un voto de base antisistema que estaba fuera del panorama político y que ahora el partido ha logrado captar" un respaldo que procede en parte de "la radicalización vivida durante el 'procés'", cuyo final dejó "huérfanos a un segmento de votantes movilizados".
El experto señaló que el crecimiento de este partido no es un hecho aislado, sino la manifestación de "un desencanto generalizado con los actores tradicionales del sistema político", un proceso que, a su juicio, se intensificó tras la crisis económica de 2008 y la consiguiente crisis de representación. Bartomeus subrayó que los 'outsiders', y muy especialmente los de extrema derecha, han conseguido "ganar apoyo de sectores que buscan alternativas a los partidos tradicionales".
Añadió que este fenómeno resulta "especialmente intenso entre los votantes jóvenes, menores 35 años", y destacó la característica central de ese electorado: "Una elevada volatilidad y una escasa fidelidad partidista".
Factores estructurales y desencanto con el sistema
Bartomeus matizó que esa volatilidad introduce dos lecturas posibles sobre la evolución de Aliança Catalana. Por un lado, "podría tratarse de un crecimiento frágil y susceptible de retroceder", como ha ocurrido con otras fuerzas emergentes en la última década; por otro, la movilización se asienta también en "problemas estructurales de desconfianza en el sistema democrático", lo que le puede otorgar cierta persistencia, aunque no necesariamente en favor de la misma oferta política.
En sus palabras: "No sabemos si lo que crece aquí es la marca concreta o un sentimiento más duradero de abandono y enfado social".
En relación con el escenario electoral, Bartomeus advirtió que, si las proyecciones actuales se confirmaran de cara a las elecciones autonómicas previstas para 2028, "nos encontraríamos con un Parlament mucho más difícil de gestionar", con fuerzas que permanecen fuera del consenso y que complicarían la formación de mayorías estables. "Sería un marco de mayor fragmentación y de inestabilidad para la gobernabilidad", apuntó el director.
El discurso antiinmigración como eje central
Sobre el perfil del votante que está nutriendo el ascenso de Aliança Catalana, el director del Instituto de la UAB sostuvo que el partido ha sabido capitalizar "un eje claro: la oposición a la inmigración musulmana". Ese posicionamiento, explicó, le permite atraer electores tanto de Junts como de Vox.
"A primera vista podría parecer que son actores opuestos en el eje identitario, pero el discurso antiinmigración funciona como un pegamento electoral". Bartomeus añadió que la coherencia interna del nuevo electorado dependerá de la agenda: "Mientras la inmigración sea el tema central, su voto se muestra homogéneo; si reaparece con fuerza la cuestión de la independencia, podrían surgir tensiones internas".
Sobre las posibilidades de pactos a la derecha, Bartomeus fue categórico al señalar la dificultad de acuerdos estables entre formaciones con posiciones tan divergentes respecto a la identidad y el independentismo. "Es prácticamente imposible un pacto estable entre Junts y Vox más allá de cálculos aritméticos puntuales", dijo, y apuntó que el papel de Junts será determinante en los próximos meses y años.
Según Bartomeus, "la gestión que haga Junts frente a la competencia de Aliança, si resiste, si se aproxima discursivamente o si termina desplazándose, marcará en gran medida la configuración del espacio de la derecha y las posibilidades de mayorías en Cataluña".
Finalmente, Bartomeus subrayó la importancia de las citas electorales intermedias, en particular, las municipales de mayo de 2027, como termómetro para medir si la consolidación de Aliança responde a una tendencia duradera o a un pico coyuntural. "Veremos en qué medida las dinámicas locales confirman o desinflan estas proyecciones nacionales", concluyó.