Mark Carney jura su cargo como primer ministro de Canadá en medio de una guerra comercial con Trump

El economista y exgobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, ha jurado su cargo como nuevo primer ministro de Canadá. Carney sustituye en el Ejecutivo a Justin Trudeau, quien anunció su dimisión el pasado mes enero pero se mantuvo en funciones hasta que su formación, el centroizquierdista Partido Liberal, eligió a su nuevo líder.
Carney asumirá ahora la tarea de dirigir el país norteamericano en vísperas de una guerra comercial iniciada por el presidente estadounidense, Donald Trump, y unas inminentes elecciones federales.
Los socialdemócratas parecían abocados a una contundente derrota electoral tras una década con Trudeau al frente del Gobierno. Sin embargo, la situación cambió tras las amenazas arancelarias del nuevo y conocido inquilino de la Casa Blanca, pero especialmente por los discursos de Trump sobre la posibilidad de anexionarse Canadá como su "51º estado".
Aunque esto último fuese, con toda probabilidad, una herramienta discursiva y populista de cara a su electorado y no una amenaza o posibilidad real, tuvo un efecto tangible en la opinión pública canadiense. Al igual que ocurrió en Groenlandia, con unos electores que se movilizaron en las urnas ante las amenazas militares y neocolonialistas de Trump, las encuestas han dado alas al partido gobernante de Trudeau y Carney, después de que varios de sus representantes mostrasen un contundente rechazo ante las medidas y discursos del presidente de Estados Unidos.
Los liberales, que arrastraban niveles de popularidad muy bajos, han ascendido 10 puntos en tan solo dos meses: emergen del 20 al 32% en intención de voto. Aunque aún se encuentran a ocho puntos de sus rivales conservadores, están mejor posicionados para tratar de retener el Gobierno de Ottawa. El panorama actual contrasta con las encuestas de enero, cuando los conservadores les sacaban más del doble del porcentaje de voto.
Carney ha dicho que está dispuesto a reunirse con Trump si muestra respeto por la soberanía canadiense y está dispuesto a adoptar un enfoque "común" y "amplio" respecto al comercio.
Trump ha impuesto aranceles del 25% al acero y el aluminio de Canadá. Estas tasas están pausadas hasta abril tanto para este país como para su vecino del sur, México, tras una llamada telefónica con su dirigente, Claudia Sheinbaum. Trump ha amenazado posteriormente con aranceles generalizados para cualquier producto canadiense, ante lo que algunos Estados federales y el propio Ejecutivo de Ottawa han respondido con medidas recíprocas.
Tal y como reflejan las encuestas, esta guerra comercial y las declaraciones de Trump han molestado a los canadienses. Se han producido recientemente abucheos al himno de Estados Unidos al inicio de los partidos interestatales de la NHL, la liga de hóckey, y la NBA, de baloncesto. En estas competiciones deportivas participan equipos tanto de Canadá como de Estados Unidos. Algunos ciudadanos también han cancelado sus viajes por el vecino del sur, y muchos evitan comprar productos estadounidenses: algunas tiendas de Canadá han instalado el logo 'Buy Canadian' (Compra canadiense) en sus escaparates.
Carney, que navegó la crisis financiera de la década pasada cuando dirigía el Banco de Canadá y se convirtió en el primer ciudadano no británico en comandar el Banco de Inglaterra, deberá ahora gestionar Canadá durante la presente disputa comercial.
"Lo hará muy bien. Es alguien respetado internacionalmente", ha dicho ante la prensa el ex primer ministro canadiense Jean Chrétien. "No hay una solución mágica; no es una situación normal. Nunca hemos visto a alguien que cambie de opinión cada cinco minutos como este presidente de Estados Unidos. Eso crea problemas en todas partes, no sólo en Canadá", ha expresado Chrétien sobre las dificultades a las que se enfrentará Carney con respecto a su vecino sureño.
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