Varios médicos suecos advierten sobre los tratamientos hormonales después de que a una niña le creciera un "micropene"

Al menos una docena de niños suecos han desarrollado cambios físicos inesperados tras haber estado expuestos accidentalmente a geles y sprays hormonales en los últimos años, según informaron las autoridades sanitarias a 'Euronews Health'.
En un caso, una niña sueca de diez meses desarrolló un clítoris agrandado que parecía un pene pequeño después de tumbarse sobre el pecho de su padre, que estaba usando un gel de testosterona. En otro caso, a un niño de 10 años le empezaron a crecer los pechos tras exponerse al tratamiento hormonal de su madre.
Estos casos han sido comunicados por médicos del Hospital Universitario Sahlgrenska de Gotemburgo (Suecia), que advierten a los padres que utilizan medicamentos hormonales tópicos que eviten el contacto directo después de aplicar sus tratamientos. Los medicamentos hormonales contienen hormonas sexuales que nuestro cuerpo empieza a producir en la pubertad.
Los tratamientos tópicos, como geles, cremas y aerosoles, se recetan a adultos con trastornos relacionados con las hormonas, pacientes que han terminado la quimioterapia y otros. Pero existe el riesgo, según los médicos suecos, de que los niños puedan absorber las hormonas a través del contacto piel con piel con adultos que utilicen estos tratamientos, lo que podría provocar complicaciones médicas como las registradas en Gotemburgo.
"Los bebés menores de 12 meses tienen una piel muy absorbente", dijo a 'Euronews Health' la doctora Jovanna Dahlgren, médico jefe del departamento de Pediatría del Hospital Universitario Sahlgrenska. Añadió que "debemos evitar que los niños" se expongan accidentalmente a hormonas sexuales muy potentes.
Hay otras opciones para los padres que toman medicamentos hormonales. Dahlgren recomienda inyecciones trimestrales a los pacientes que toman testosterona, mientras que los parches y comprimidos vaginales podrían ser una alternativa a los aerosoles de estrógenos.
También dijo que los padres pueden aplicar tratamientos tópicos en zonas que probablemente no entren en contacto con los niños, como la cara interna de los muslos o la parte superior de la espalda, y recomendó guardarlos en una zona segura fuera del alcance de los niños.
Falta de concienciación pese al creciente número de casos
Los médicos del Hospital Universitario Sahlgrenska empezaron a ver casos de exposición a hormonas en niños hace unos ocho o nueve años, según Dahlgren. Sus endocrinos plantearon el problema a las autoridades regionales, lo que dio lugar a nuevas directrices médicas, y a una empresa farmacéutica que fabrica tratamientos hormonales, que actualizó sus etiquetas de advertencia.
La creciente popularidad de las recetas por Internet puede estar contribuyendo al aumento de los casos, según Dahlgren. En algunos países europeos, como Suecia, Alemania y Francia, las plataformas de telesalud pueden recetar hormonas legalmente.
Según la Agencia de Productos Médicos de Suecia, Läkemedelsverket, ha habido 12 informes de "exposición hormonal involuntaria que afecta a niños" desde 2019. Otros dos casos fueron reportados al regulador europeo de medicamentos. Pero Dahlgren cree que esto representa solo una fracción del número real de víctimas, ya que esos no incluyen ninguno de los casos registrados en su hospital.
"Nuestros propios casos no están representados en esas cifras", dijo, "por lo que la cifra real es sin duda más alta". El hospital colabora ahora con otros centros regionales para determinar el alcance de estos casos a escala nacional.
El problema no es exclusivo de Suecia
En 2024, endocrinólogos pediátricos de Gales publicaron una serie de casos que documentaban niños que desarrollaban signos puberales precoces tras la exposición a geles o sprays hormonales utilizados por los padres.
El estudio incluía casos similares a los observados en Suecia, así como el caso de una niña con desarrollo mamario y cambios de humor relacionados con el uso de gel estrogénico por parte de su madre. Los investigadores también destacaron el impacto en la salud mental que la exposición inesperada a hormonas puede tener tanto en los niños como en sus padres, que a menudo se sienten culpables.
A principios de este año, una revista comercial sueca para profesionales médicos informó que, a nivel mundial, hubo 41 informes de sospecha de exposición secundaria en niños y adultos que involucraron medicamentos que contienen estrógeno entre 2018 y 2025, y 66 informes vinculados a productos que contienen testosterona entre 2004 y 2025.
La atención de seguimiento varía en función de la gravedad y la duración de la exposición. Por ejemplo, la niña con aumento del tamaño del clítoris en Suecia se recuperó por completo una vez finalizada la exposición.
Sin embargo, algunos pacientes jóvenes con exposición repetida durante un largo periodo de tiempo necesitan seguimiento hasta que son adultos, dijo Dahlgren. Por ejemplo, el niño de 10 años con un crecimiento inusual de las mamas está ahora pendiente de una operación de reducción mamaria, y su crecimiento óseo también podría verse alterado debido a la aceleración de la edad ósea.
"Tenemos que pensar en los efectos a largo plazo", dijo Dahlgren. Estas hormonas "son esteroides y actúan directamente sobre el ADN, cambiando la expresión de proteínas en todo el organismo".
Advierte que la exposición prolongada a la testosterona puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, infarto de miocardio, ictus e incluso cáncer en adultos. En los niños, los daños pueden ser para toda la vida. "Por eso insto a que la gente sea consciente de que estos medicamentos hormonales son potentes", afirma Dahlgren.
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