Los camiones de cero emisiones ya están listos, pero Europa no

Mientras Europa debate el futuro de su industria automovilística, hay un hecho que debe estar en primer plano: los camiones y autobuses son la columna vertebral de la Economía europea. Cada día suministran bienes y servicios esenciales a cientos de millones de ciudadanos y empresas. También están en el centro de las ambiciones climáticas de nuestro continente.
Nuestra industria ya ha invertido miles de millones en vehículos de emisiones cero. Hoy podemos ofrecer soluciones para todas las necesidades de transporte. Sin embargo, a pesar de la buena disposición de la industria, la normativa actual nos aboca al fracaso. La razón es sencilla: la mayoría de las condiciones que harían posible esta transición no se dan hoy en día.
Según los actuales objetivos de CO2 para 2030, la cuota de mercado de los vehículos eléctricos de baja emisión debe pasar del 3,5% actual a un mínimo del 35% en menos de cinco años. Ese salto de diez veces sería ambicioso en cualquier circunstancia, pero será imposible sin unos niveles críticos de infraestructura y unas políticas coherentes que impulsen realmente la transición.
Las conexiones adecuadas a la red siguen siendo un reto, los precios de tarificación competitivos, las tasas a los usuarios de la carretera basadas en el CO2 y los incentivos específicos se retrasan o están sometidos a una inmensa presión política. Incluso la legislación esencial, como la Directiva sobre pesos y dimensiones, sigue pendiente.
Se necesitan medidas concretas y urgentes
Por ello, el Diálogo Estratégico de la Comisión Europea debe aportar medidas concretas y urgentes para los fabricantes europeos de vehículos industriales. Nuestro sector ya está entregando vehículos. Pero si las demás piezas del rompecabezas no encajan, no alcanzaremos los objetivos de 2030. Y que quede claro: no se trata de un fallo de ingeniería, sino de política.
En el marco normativo europeo, los fabricantes de camiones y autobuses son los únicos actores expuestos a sanciones draconianas por incumplimiento, aunque el éxito de la transición depende también de muchos otros: proveedores de energía, operadores de infraestructuras, cargadores y operadores de transporte y, lo que es más importante, los responsables políticos.
Sin mejoras rápidas, nos arriesgamos a multas excesivas por circunstancias que escapan a nuestro control. Eso no es justo ni una estrategia industrial inteligente. Somos auténticos campeones mundiales y líderes de mercado en la mayoría de las regiones del mundo.
Al retrasar la transición, Europa no sólo pone en peligro sus objetivos de neutralidad climática, sino que también socava el liderazgo mundial de una de sus industrias más competitivas. Por ello, pedimos a la Comisión Europea que actúe ya y que:
- Acelere la revisión de la normativa sobre CO2 de los vehículos pesados, no en 2027, sino ahora. Esta pronta revisión debe garantizar que las interdependencias en el sector del transporte y la logística se reflejen plenamente en la normativa.
- Lleve a cabo una evaluación sólida del estado de las condiciones propicias para el sector y un despliegue realista en todos los Estados miembros: desde la infraestructura de recarga y de hidrógeno hasta la capacidad de la red, la paridad de costes de los vehículos eléctricos ligeros y los incentivos dirigidos a la demanda.
- Trabaje con nosotros en flujos de trabajo específicos centrados en la transición de nuestra industria, para que las soluciones puedan adaptarse a los desafíos únicos a los que nos enfrentamos, y los fabricantes europeos de camiones y autobuses puedan defender su liderazgo mundial.
Estamos plenamente comprometidos a impulsar la transición hacia la neutralidad climática y a arrastrar con nosotros al sector del transporte por carretera. Pero el compromiso por sí solo no dará resultados sin políticas de apoyo que estén a la altura de nuestra urgencia y realismo.
El mundo está pendiente de si Europa puede liderar el transporte sostenible salvaguardando su competitividad. Demostrémoslo convirtiendo este Diálogo Estratégico en un punto de inflexión.
Christian Levin, es consejero delegado de Traton Group y Scania AB, y presidente del Consejo de Vehículos Comerciales de ACEA.
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