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¿Por qué le importa el precio del chocolate al Banco Central Europeo?

• Oct 1, 2025, 6:29 AM
6 min de lecture
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La subida de los precios de los alimentos está resultando un quebradero de cabeza no solo para los hogares de la eurozona, sino también para el Banco Central Europeo. Aunque la inflación general se ha normalizado y se sitúa cerca del objetivo a medio plazo del BCE del 2%, la inflación de los alimentos "desde 2022 es claramente excepcional y persistente", afirma el banco en una reciente publicación.

Según el informe, los consumidores pagan aproximadamente un tercio más que antes de la pandemia de COVID-19 para llevar una comida a la mesa. El banco añade que los precios de los alimentos han aumentado más de un 40% desde 2015, lo que influye en las decisiones del BCE sobre los tipos de interés.

La inflación se ha estabilizado considerablemente en la eurozona, descendiendo de un máximo del 10,6% en octubre de 2022 al 2% recientemente. Aun así, según el último informe del cuadro de indicadores de consumo de la Comisión Europea, a una de cada tres personas le preocupa poder permitirse comprar los alimentos que prefiere.

El BCE señala que los precios de los alimentos importan aún más a los hogares con rentas más bajas, en los que la factura alimentaria se lleva una parte mayor de sus ingresos. Y, según las previsiones del BCE, la subida de los precios de los alimentos no va a frenarse pronto.

Según Eurostat, los precios de la carne de vacuno, ave y cerdo se han encarecido entre un 38% y un 44% desde 2015. Y el BCE señala que estos alimentos cuestan más de un 30% más que a finales de 2019. En los últimos seis años, la leche, la mantequilla, el café, el aceite de oliva y el chocolate se han encarecido especialmente.

El aumento de los precios de los alimentos europeos se explica en parte por un salto en los precios de la energía después de que Rusia invadiera Ucrania en 2022. El aumento de los ingresos a nivel mundial y local también ha incrementado la demanda, haciendo subir los precios de los alimentos.

Mientras tanto, los fenómenos meteorológicos extremos tienen un impacto cada vez más preocupante en los cultivos. Las sequías en España han afectado gravemente a los precios del aceite de oliva, mientras que el café y el cacao se han encarecido mucho tras las adversas condiciones meteorológicas en países exportadores clave como Ghana y Costa de Marfil. Estos fenómenos relacionados con el cambio climático "son cada vez más frecuentes y pueden perturbar gravemente las cadenas de suministro de alimentos", según el BCE.

Causas y consecuencias para la política monetaria

La compra de alimentos no es negociable y, por tanto, sus precios influyen más en las percepciones y expectativas de inflación, que son cruciales para que el BCE garantice la estabilidad de precios. El objetivo del banco central, que es del 2% en la eurozona, se refiere al índice general de precios IPCA. Este índice mide la variación de precios de una cesta de consumo típica, energía, servicios, bienes de consumo y alimentos.

La inflación de los precios de los alimentos en la eurozona es actualmente la más alta de las cuatro categorías, con un 3,2%. Y los aumentos de precios de los alimentos tienen una ponderación de alrededor del 20% en el índice general de precios IPCA, más del doble de la ponderación dada a la energía, por ejemplo.

Cuando suben los precios de los alimentos, su impacto en la inflación y en la política monetaria es mayor que cuando suben los precios de la energía. El BCE aduce tres razones por las que los precios de los alimentos revisten especial interés en estos momentos. En primer lugar, se ha abierto una brecha entre los precios de los alimentos y los precios generales, y es mucho mayor y más persistente que en el pasado.

En segundo lugar, los precios de los alimentos determinan en gran medida las expectativas de inflación, que también son seguidas de cerca por el BCE cuando decide la senda monetaria del bloque. En tercer lugar, las subidas de los precios de los alimentos afectan más a los hogares pobres que a los demás.

En última instancia, si el BCE considera que su objetivo de inflación del 2% está en peligro y sube los tipos de interés oficiales, el consiguiente encarecimiento de los préstamos repercutirá en el sistema bancario, desincentivando la inversión y afectando a la economía de la zona euro en su conjunto.