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Un estudio confirma lo evidente: en Urgencias, mejor un médico que la Inteligencia Artificial

• Oct 6, 2025, 5:11 AM
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Las herramientas de inteligencia artificial (IA) funcionan peor que los médicos y las enfermeras a la hora de dar prioridad a los pacientes de Urgencias, según un pequeño estudio reciente.

Los resultados indican que, aunque la IA es muy prometedora en el ámbito médico, el personal sanitario no debería externalizar las decisiones sobre la atención a pacientes de urgencias cuyas vidas pueden estar en peligro, señalan los investigadores.

"Dado el rápido desarrollo de herramientas de IA como ChatGPT, nos propusimos explorar si la IA podría ayudar en la toma de decisiones de triaje, mejorar la eficiencia y reducir la carga del personal de urgencias", ha declarado en un comunicado Renata Jukneviciene, una de las autoras del estudio e investigadora de la Universidad de Vilnius (Lituania). La investigación, que aún no ha sido revisada por expertos independientes ni publicada en una revista médica, se presentó el martes en el Congreso Europeo de Medicina de Urgencias.

El equipo de Jukneviciene pidió a seis médicos de Urgencias y a 44 enfermeras que revisaran casos de pacientes -seleccionados aleatoriamente de una base de datos médicos en línea- y los clasificaran por orden de urgencia en una escala de 1 a 5. A continuación, los investigadores pidieron a ChatGPT, el chatbot de uso común de OpenAI, que analizara los mismos casos.

La tasa de precisión global de ChatGPT es del 50,4%, frente al 65,5% de las enfermeras y el 70,6% de los médicos. La diferencia es aún mayor en cuanto a la sensibilidad, es decir, la capacidad de identificar casos verdaderamente urgentes: ChatGPT alcanzó el 58,3%, frente al 73,8% de las enfermeras y el 83% de los médicos, según el estudio. Sin embargo, el modelo de IA superó a los enfermeros a la hora de identificar los casos más urgentes o potencialmente mortales, con mayor precisión y especificidad.

Los resultados indican que "la IA puede ayudar a priorizar los casos más urgentes de forma más coherente y a ayudar al personal nuevo o con menos experiencia", afirma Jukneviciene. "Los hospitales deberían abordar la implantación de la IA con cautela y centrarse en formar al personal para que interprete de forma crítica las sugerencias de la IA", añade.

El estudio tiene algunas limitaciones, sobre todo su reducido tamaño y el hecho de que se llevó a cabo en un único hospital de Lituania. El modelo ChatGPT utilizado en el estudio no había sido entrenado con fines médicos, lo que significa que las herramientas de IA perfeccionadas podrían haber dado mejores resultados.

Otros estudios sugieren que la IA podría ser de gran ayuda para el sector sanitario, superando a los médicos humanos en el diagnóstico de problemas médicos complejos, leyendo radiografías con mayor rapidez y precisión y permitiendo predecir futuros problemas de salud. Pero los científicos también han advertido de que una dependencia excesiva de las herramientas de IA podría hacer que las habilidades de los trabajadores sanitarios se degradaran con el tiempo.

El equipo de Jukneviciene planea ahora estudios adicionales con modelos de IA más recientes, grupos de pacientes más amplios y diversos escenarios, como la formación de enfermeras y la interpretación de electrocardiogramas (ECG) que identifican una actividad cardiaca inusual. Mientras tanto, afirman, "la IA no debe sustituir al juicio clínico, pero podría servir como herramienta de apoyo a la toma de decisiones en contextos clínicos específicos y en servicios de urgencias desbordados".