OpenAI permitirá el contenido erótico en ChatGPT: Altman anuncia una nueva era para la IA de adultos

ChatGPT podría volverse más atrevido. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, anunció que la empresa permitirá que su popular chatbot participe en "contenido erótico" destinado exclusivamente a adultos verificados.
No sería la primera compañía en explorar el potencial económico del contenido sexualizado generado por inteligencia artificial (IA). Desde el auge de las imágenes y textos creados por IA en 2022, este tipo de material se ha convertido en uno de los principales motores de adopción tecnológica. Sin embargo, las empresas pioneras también se enfrentaron a riesgos legales, dilemas éticos y abusos derivados del uso de chatbots como compañía o fuente de estimulación.
¿Será diferente un ChatGPT más sensual? Tras tres años de restringir el contenido para adultos, Altman afirmó el miércoles que OpenAI "no es la policía moral del mundo" y que pretende ofrecer "más libertad a los adultos", al tiempo que establece límites más estrictos para los adolescentes.
"De la misma manera que la sociedad diferencia otros límites apropiados, como las películas con clasificación R, queremos hacer algo similar aquí", escribió Altman en la red social X, propiedad de Elon Musk, quien recientemente introdujo un personaje animado de IA que coquetea con suscriptores de pago.
A diferencia de Grok, el chatbot de Musk, las suscripciones de pago de ChatGPT se enfocan actualmente en usos profesionales. Sin embargo, permitir interacciones románticas o íntimas podría abrir una nueva vía de ingresos para OpenAI, la startup más valiosa del mundo, que aún no logra equilibrar sus finanzas pese a su valoración de 500.000 millones de dólares (427.000 millones de euros).
"No están ganando mucho con las suscripciones, así que ofrecer contenido erótico podría traerles dinero rápido", explicó Zilan Qian, investigadora del China Policy Lab de la Universidad de Oxford, quien ha estudiado la popularidad de los chatbots de citas en Estados Unidos y China.
Amores digitales
Según un estudio reciente de Qian, existen más de 29 millones de usuarios activos de chatbots diseñados para vínculos románticos o sexuales, sin contar a quienes usan asistentes convencionales con ese propósito.
El fenómeno también tiene un lado oscuro. Character.AI, una de las plataformas más populares, enfrenta una demanda que acusa a un chatbot inspirado en Daenerys Targaryen (de 'Juego de Tronos') de haber mantenido una relación sexualmente abusiva con un menor de 14 años, quien posteriormente se suicidó. OpenAI, por su parte, también enfrenta una demanda presentada por la familia de un usuario de 16 años que se quitó la vida en abril.
Qian advirtió sobre el impacto de estos desarrollos en las relaciones humanas: "ChatGPT ya cuenta con versiones de chat por voz. Si continúa por este camino, es probable que combine voz, texto y elementos visuales, creando experiencias mucho más inmersivas".
La idea de enamorarse de una máquina no es nueva. Desde la leyenda griega de Pigmalión hasta la ciencia ficción del siglo XX, la fascinación (y advertencia) por los vínculos entre humanos y máquinas ha sido constante. Pero para OpenAI, una empresa fundada hace una década como organización sin ánimo de lucro enfocada en desarrollar IA segura y alineada con valores humanos, este giro podría parecer un desvío arriesgado.
En agosto, Altman reconoció en un pódcast que OpenAI había evitado lanzar productos que podrían "impulsar los ingresos, pero desalinearse de su misión". Como ejemplo, bromeó: "Todavía no hemos puesto un avatar sexual en ChatGPT".
El negocio y los riesgos del erotismo sintético
Otras compañías ya han explorado este terreno. La startup Civitai, respaldada por la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz (también inversora de OpenAI), apostó desde el principio por permitir contenido para adultos en su plataforma de arte generado por IA. "Cuando lanzamos el sitio, fue una decisión intencional permitir contenido para adultos", recordó Justin Maier, cofundador y CEO de Civitai.
El atractivo fue inmediato: herramientas como Stable Diffusion y Midjourney facilitaron la creación de pornografía sintética personalizada. "Entrenar los modelos con temas para adultos mejoró su capacidad para representar la anatomía humana", explicó Maier. "Queríamos dar al usuario el control sobre lo que quería ver".
Pero el enfoque permisivo tuvo consecuencias. Civitai terminó convertida en un centro de pornografía generada por IA, incluyendo 'deepfakes' de famosos y menores. Ante la presión de las autoridades, los procesadores de pago y una nueva ley estadounidense contra imágenes no consensuadas, la empresa prohibió este tipo de contenido a inicios de año, lo que redujo drásticamente su tráfico.
Relaciones a medida
Otra empresa estadounidense, Nomi, permite a los usuarios crear chatbots compañeros "estrictamente para mayores de 18 años". Su fundador, Alex Cardinell, asegura que la plataforma no está pensada para fines sexuales, aunque reconoce que algunas relaciones evolucionan de lo platónico a lo romántico. "Depende mucho de lo que le falte al usuario en su vida; es diferente para cada persona", comentó.
Cardinell evita especular sobre cuántos usuarios mantienen conversaciones eróticas con sus chatbots: "No monitoreamos las interacciones de esa manera. Es como en cualquier relación: pueden hacer cosas íntimas, pero también muchas otras".
¿Podrá OpenAI equilibrar la libertad de los adultos, la protección de los menores y la ética tecnológica? El futuro de un ChatGPT más sensual promete tanto nuevas oportunidades económicas como nuevos dilemas morales.
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