Google debería vender su navegador Chrome para poner fin a su monopolio de las búsquedas
Los organismos reguladores de Estados Unidos piden que se impongan sanciones drásticas a Google, como la venta de su navegador Chrome y restricciones para evitar que Android favorezca a su motor de búsqueda. Esto se produce después de que Google perdiera un importante caso antimonopolio en agosto, en el que un juez dictaminó que la empresa es un monopolio.
La venta de Chrome "detendrá permanentemente el control de Google sobre este punto de acceso crítico para las búsquedas y permitirá a los motores de búsqueda rivales acceder al navegador que para muchos usuarios es la puerta de entrada a Internet", argumentaron los abogados del Departamento de Justicia de EE.UU. en un escrito presentado el miércoles.
Los reguladores no llegaron a exigir a Google que vendiera Android, pero afirmaron que el juez debería dejar claro que la empresa aún podría verse obligada a desprenderse de su sistema operativo para teléfonos inteligentes si su comité de supervisión sigue viendo indicios de mala conducta.
Está previsto que las vistas judiciales sobre la sanción a Google comiencen en abril y que el juez de distrito estadounidense Amit Mehta emita su decisión final a principios de septiembre. Si Mehta acepta las recomendaciones del Gobierno, Google se vería obligada a vender su navegador Chrome, de 16 años de antigüedad, en un plazo de seis meses a partir de la sentencia definitiva.
Sin embargo, es probable que la empresa recurra cualquier sanción, lo que podría prolongar una lucha legal que se ha prolongado durante más de cuatro años.
El cambio de administraciones estadounidenses en enero también podría significar que los abogados del Departamento de Justicia que hereden el caso sean menos estridentes, aunque los expertos no creen que abandonen los casos antimonopolio. El Gobierno también quiere que un juez prohíba a Google llegar a acuerdos para que su motor de búsqueda sea la opción por defecto en el iPhone de Apple y otros dispositivos.
Los consumidores europeos, en cambio, tienen la opción de elegir su navegador por defecto en los dispositivos gracias a la Ley de Mercados Digitales.
Una agenda intervencionista radical
Kent Walker, director jurídico de Google y de la empresa matriz Alphabet, calificó de "extrema" la propuesta del Departamento de Justicia. Los abogados del Departamento de Justicia "presentaron una propuesta asombrosa que pretende introducir cambios drásticos en los servicios de Google", dijo Walker en un comunicado. Añadió que estaban impulsando "una agenda intervencionista radical que perjudicaría a los estadounidenses y al liderazgo tecnológico mundial de Estados Unidos".
Walker afirmó que la propuesta pone en peligro la privacidad y la seguridad de los consumidores estadounidenses, "enfriaría" la inversión de Google en inteligencia artificial y perjudicaría a los servicios innovadores. "Probablemente se está yendo un poco más allá", dijo el profesor de Derecho de la Universidad de Syracuse Shubha Ghosh sobre la ruptura de Chrome.
"Los remedios deberían corresponderse con el daño, con la transgresión. Esto parece ir un poco más allá", añadió Ghosh. El intento de disolver la empresa recuerda a un castigo similar impuesto a Microsoft tras un importante juicio antimonopolio.
Sin embargo, un tribunal de apelaciones anuló una orden que habría disuelto Microsoft, un precedente que muchos expertos creen que hará que Mehta se muestre reacio a seguir un camino similar en el caso de Google.
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