Donald Trump firma una orden ejecutiva para impedir que los estados de EE.UU. regulen la IA
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva destinada a impedir que los estados elaboren sus propias normas sobre inteligencia artificial (IA), al afirmar que el sector emergente corre el riesgo de verse asfixiado por una maraña de normas onerosas mientras compite con rivales chinos por la supremacía.
Miembros del Congreso de ambos partidos, así como organizaciones de libertades civiles y de defensa de los consumidores, han abogado por más regulación de la IA, al señalar que no existe suficiente supervisión para esta poderosa tecnología.
Pero Trump dijo a los periodistas en el Despacho Oval el jueves que "solo va a haber un ganador" mientras los países pugnan por dominar la inteligencia artificial, y que el Gobierno central chino ofrece a sus empresas un único cauce para obtener autorizaciones.
"Tenemos una gran inversión en camino, pero si tuvieran que conseguir 50 autorizaciones en 50 estados distintos, pueden olvidarse, porque es imposible", dijo Trump.
La orden ejecutiva encarga al fiscal general crear un nuevo grupo de trabajo para impugnar leyes estatales y ordena al Departamento de Comercio elaborar una lista de normativas problemáticas.
También amenaza con restringir la financiación de un programa de despliegue de banda ancha y de otras subvenciones a los estados con leyes sobre IA.
David Sacks, inversor de capital riesgo con amplias inversiones en IA que dirige las políticas de Trump en criptomonedas e inteligencia artificial, dijo que el Gobierno de Trump solo frenará "los ejemplos más onerosos de regulación estatal", pero no se opondrá a medidas de "seguridad infantil".
Qué han propuesto los estados
Cuatro estados, Colorado, California, Utah y Texas, han aprobado leyes que fijan ciertas normas para la IA en el sector privado, según la Asociación Internacional de Profesionales de la Privacidad.
Estas leyes incluyen limitar la recopilación de determinados datos personales y exigir más transparencia a las empresas.
Estas normas responden a una IA que ya impregna la vida cotidiana. La tecnología ayuda a tomar decisiones con consecuencias para los estadounidenses, como quién consigue una entrevista de trabajo, un contrato de alquiler, un préstamo hipotecario e incluso ciertos cuidados médicos. Pero las investigaciones han demostrado que puede cometer errores en esas decisiones, por ejemplo al priorizar un determinado género o raza.
Las propuestas más ambiciosas de regulación de la IA de los estados obligan a las empresas privadas a ofrecer transparencia y a evaluar los posibles riesgos de discriminación derivados de sus sistemas de IA.
Al margen de esas normas más amplias, muchos estados del país han regulado aspectos de la IA, desde prohibir el uso de 'deepfakes' en elecciones y para crear pornografía sin consentimiento, por ejemplo, hasta establecer reglas sobre el propio uso de la IA por parte de la Administración.
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