Cómo laos viajes relámpago de un día alimentan el turismo excesivo y los daños climáticos

Rob Perkins es redactor de la empresa de viajes activista Responsible Travel.

Los "viajes extremos de un día" son la última moda, cada vez más popular en las redes sociales. La moda consiste en subirse a un vuelo de bajo coste para pasar un día de turismo por Europa, metiendo en la maleta todo lo que sea posible.

Los entusiastas promocionan estas minivacaciones como una forma de ver mundo ahorrando tiempo y dinero, y una creciente comunidad de viajeros comparte regularmente sus hazañas para inspirar a otros.

Pero las excursiones extremas de un día son una mala noticia. Conllevan una pesada carga medioambiental, ya que los vuelos son uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero y de los que más rápido crecen. Y contribuyen a la crisis de sobreturismo que afecta a tantos destinos europeos.

Al igual que las excursiones de un día en crucero, las visitas en avión se centran en los puntos de interés turístico: lugares que saturan las redes sociales y que están al alcance de la mano; al fin y al cabo, en unas pocas horas no se puede llegar muy lejos. Esto significa que las excursiones extremas de un día son lo más irresponsable que puede haber en el turismo.

Las redes sociales, los vuelos baratos y los operadores turísticos miopes comparten la culpa de esta tendencia tan problemática. Pero el presupuesto no tiene por qué ser malo.

En lugar de hacer una docena de viajes de un día a Europa a lo largo de un año, es mucho más relajante y gratificante ralentizar el ritmo con un par de escapadas más largas. Verá más cosas, porque tendrá tiempo de ir más allá de los puntos turísticos más obvios, y sus vacaciones serán más beneficiosas para el lugar que visite.

Ponerse al final de la cola

Si sólo pasas 16 horas en una ciudad, no podrás adentrarte en su cultura. Y si su objetivo es ir de un lado a otro para visitar el mayor número posible de monumentos famosos, su viaje beneficiará muy poco a la población local. Lo único que se consigue es aumentar el número de turistas.

"Este tipo de vacaciones son como una atracción de feria, más que una experiencia natural", afirma Fiona Smart, que, con su marido Gareth, dirige Mas Pelegrí, un hotel rural en la región española de Cataluña. "En lugar de eso, deberíamos promover viajes que cuiden tanto al turista como a la gente que vive en un destino".

Los vuelos baratos cuestan un ojo de la cara

En el centro de esta nueva moda hay un viejo problema: los vuelos baratos que permiten viajar a Europa por el precio de una comida. Los defensores de los viajes extremos de un día podrían argumentar que el avión se va de cualquier manera, pero cuanta más gente quiera reservar estos vuelos, más vuelos pondrán las aerolíneas para satisfacer la demanda.

Uno de los mayores grupos turísticos del mundo ofrece una excursión de un día a la Laponia finlandesa. Las familias que llevan despiertas desde el amanecer pueden saludar rápidamente a Papá Noel, mientras que otras atracciones incluyen un paseo (probablemente muy corto) en trineo tirado por huskies por un bosque cargado de nieve.

"El pueblo de Papá Noel está sobrepublicitado, y toda la experiencia es poco auténtica", dice Riitta Kulkas, fundadora de Skafur-Tour, que organiza vacaciones de invierno más largas en la Laponia finlandesa.

Viva donde viva en Europa, hay lugares para disfrutar sin necesidad de coger un vuelo. De los viñedos a las playas, de las casas señoriales a los jardines botánicos, de los parques nacionales a las escapadas urbanas y culturales, una excursión de un día no tiene por qué ser extrema.

Viajar con responsabilidad y presupuesto

Irse de vacaciones durante un día significa ahorrar en alojamiento, pero aunque eso puede hacer que algunas excursiones extremas de un día parezcan baratas, ¿la experiencia global ofrece mucho valor? Probablemente no, si se viaja con prisas, mirando constantemente el reloj y llegando sólo a los sitios más concurridos.

Viajar de forma responsable no tiene por qué significar arruinarse. Se puede hacer un viaje económico sin caer en el turismo excesivo ni dejar una enorme huella de carbono en unas pocas horas de ajetreo.

En destinos caros como Laponia, las excursiones organizadas en grupos pequeños, dirigidas por guías locales, ayudan a repartir los gastos del viaje entre varias personas. Utilizar el transporte público y viajar fuera de temporada alta son otras formas fiables de reducir el coste de las vacaciones.

Reservar con un operador turístico local también puede reducir el coste de las vacaciones. Además, el viaje lo organiza una persona que conoce bien la zona y puede ofrecerle consejos útiles para conocer mejor el destino.

"Las excursiones extremas de un día a lugares como Alicante no permiten ver la verdadera España", dice Fiona Smart. "Este país tiene muchas zonas increíbles donde vivir una experiencia única, pero hay que tomarse su tiempo".

El tiempo juega a tu favor

Ahorrar tiempo es otra de las motivaciones que muchos enumeran para hacer excursiones extremas de un día. Pero, ¿se ahorra tiempo o se pierde? Los viajes de varios días implican mucho más tiempo de tránsito: las repetidas idas y venidas al aeropuerto, los vuelos, los traslados e incluso el tiempo que se tarda en conocer un lugar nuevo.

"Si la idea que alguien tiene de la diversión es despertarse a las 4:00, pasar el día medio dormido y hacinado como sardinas en lugares turísticos abarrotados, y luego comer deprisa y corriendo un plato excesivamente caro de espaguetis empapados en una trampa para turistas, entonces éste parece el plan perfecto", dice Giovanna Consonni, de Stile Italiano Tours.

"El futuro de los viajes tiene que pasar por quedarse más tiempo y volar menos, y la moda de las excursiones extremas de un día envía un mensaje totalmente equivocado".