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Guanajuato, la joya colonial que late con corazón español en el centro de México

• Oct 24, 2025, 4:31 AM
13 min de lecture
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Fundada en el siglo XVI, Guanajuato conserva su arquitectura colonial, sus teatros históricos y su singular diseño urbanístico con miles de callejones estrechos (hasta 3.200) y plazas que rebosan vida. "Nos encanta estar en la calle sin más, hablar con unos y con otros y celebrar juntos nuestras tradiciones y festividades", explica María de los Ángeles Ramirez, una mujer de 51 años, sentada a media mañana en un banco.

El ambiente en la ciudad es muy juvenil; los 44.000 universitarios que aquí estudian le dan un aire muy cosmopolita, fundiéndose así tradición con modernidad. Al bullicio del día le sigue una vibrante noche, con bares y restaurantes por doquier, donde degustar las enchiladas mineras (tortillas rellenas de queso o pollo y salsa de chile, entre otros ingredientes) como plato típico.

Es un emblema de la historia minera de la ciudad, cuyas montañas están repletas de minas (hay 17 en activo) donde se extraía oro y, sobre todo, plata. Por su contundencia, esta receta humilde ayudaba a los mineros a soportar las largas jornadas de trabajo bajo tierra.

Festival Internacional Cervantino

Cada otoño, Guanajuato se viste de fiesta y se convierte en escenario natural gracias al Festival Internacional Cervantino (FIC), inspirado en los 'entremeses' (breves piezas teatrales cómicas) de Miguel de Cervantes, muy presente en la iconografía de la ciudad. El festival, en su 53ª edición este año, se ha convertido en todo un referente cultural en todo el mundo y, en especial, en América Latina.

Miles de personas han llenado la capital para asistir a espectáculos de música, danza, teatro y cine, entre otros, en distintos emplazamientos como el Teatro Juárez, un auténtico símbolo de identidad local en el corazón de la ciudad. A pocos metros de ahí, en el Museo del Quijote, se renovó el acuerdo de hermanamiento con Toledo.

Durante el acto, Luis Carlos Salinas, director de Relaciones Internacionales del municipio, destacó que "Guanajuato es la capital cervantina de América. Respira historia que se levanta de las montañas como Toledo se levanta sobre el Tajo".

Imagen de una estatua del Quijote y Sancho Panza en México.
Imagen de una estatua del Quijote y Sancho Panza en México. David Del Valle

Ave fénix de las inundaciones

Ambas ciudades, patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, también comparten semejanzas en su trazado irregular y laberíntico. Las dos se han desarrollado en terrenos montañosos, con calles estrechas, empinadas y sinuosas, y plazas sin planificación cuadriculada, adaptándose al peculiar relieve del terreno.

Tanto se ha tenido que adaptar Guanajuato que la ciudad se ha reconstruido varias veces a lo largo de su historia por las inundaciones. Tras la última de 1905 se emprendió una profunda transformación urbana para canalizar el río bajo tierra y se construyeron túneles para evitar nuevas tragedias.

Hoy en día, su red de calles subterráneas con hasta 24 túneles viales permite que los coches circulen por debajo del centro histórico, preservando la belleza peatonal de la superficie. Su reconstrucción se ha producido bajo la atenta mirada de El Pípila, el héroe de la Guerra de la Independencia de México, cuya escultura está en lo alto del Cerro, con las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Un lugar al que se accede a través de un funicular que sube unos 70 metros.

La historia de un beso

Guanajuato también es sinónimo de música. No en vano, el estado del mismo nombre ha dado grandes artistas como José Alfredo Jiménez con legendarias canciones como 'El Rey', 'Si nos dejan' o 'Que te vaya bonito'. Algunas de estas composiciones son interpretadas cada noche por tunos universitarios que, con grupos de turistas y vestidos a la usanza española, callejean recorriendo las vías del centro de la urbe cantando y animando la velada.

Una pareja se besa en México.
Una pareja se besa en México. David Del Valle

Una de las calles en las que rondan es el famoso callejón del beso, el mito de Romeo y Julieta en México. En esta estrecha calle -su punto más angosto mide menos de 70 centímetros de ancho- cuenta la leyenda que una pareja de enamorados se besaba a escondidas de balcón a balcón.

Ella, Ana, una joven de familia rica española; él, Carlos, un humilde minero mexicano se veían en secreto hasta que el padre de la joven los descubrió y, enfurecido, acabó con la vida de su hija clavándole una daga en el pecho. Su enamorado se suicidó y la sangre de ambos se mezcló en el tercer escalón de esta calle, por lo que se dice que las parejas que se besen en ese lugar se aseguran siete años de buena suerte en el amor.

El misterio de las momias

Del trágico amor a las momias, otro símbolo de la tradición y la cultura guanajuatense. En esta ciudad del centro de México hay 117 cuerpos momificados de forma natural por las especiales condiciones de sequedad y minerales en el suelo, que ahora forman parte del Museo de las Momias de Guanajuato, abierto al público convirtiéndose en un icono cultural y turístico que combina historia, ciencia y un toque de misterio. Son hombres, mujeres y niños; la primera momia data de 1865 y fue un médico francés; el último de 2008 de un niño de 12 años.

Varias momias en un museo mexicano.
Varias momias en un museo mexicano. David Del Valle

Como en el resto del país, el Día de Muertos, el 2 de noviembre, es una fecha de celebración en la ciudad con altares y ofrendas en casas y lugares públicos, con eventos culturales y recorridos temáticos en los que es común ver a muchas personas disfrazadas de catrinas (calaveras femeninas vestidas con sombreros elegantes y ropa refinada).

Una mujer maquillada con motivo del Día de Muertos.
Una mujer maquillada con motivo del Día de Muertos. Jorge Magallón

El contraste turístico

Si Guanajuato cautiva por su historia y tradiciones, San Miguel de Allende, a 75 kilómetros, lo hace por su arquitectura barroca, galerías de arte, y su ambiente más moderno y sofisticado. Es la capital turística por excelencia del estado de Guanajuato. En 2008 la UNESCO declaró su centro histórico como Patrimonio de la Humanidad, poniendo en valor su pasado colonial y su relevancia cultural. Pasear por esta urbe de calles empedradas, con fachadas color ocre y su aire colonial, te envuelve en una sensación de calma y belleza.

Muchos artistas y escritores se trasladaron a San Miguel a mediados del XX; hoy en día tiene unos 20.000 residentes extranjeros, la mayor parte de Canadá y Estados Unidos. Su Instituto Allende, una de las instituciones culturales y educativas más importantes de la ciudad, atrajo a artistas de todo el mundo, destacando también La Fábrica La Aurora, un antiguo complejo textil que hoy alberga galerías, talleres y cafés.

Caminar por sus calles es recorrer siglos de historia. Los mariachis, junto a la Parroquia de San Miguel Arcángel, uno de los edificios más icónicos de la ciudad, te devuelven al presente aún con sonidos y canciones de siempre, de un México lindo y querido que mira al futuro sin perder su tradicional esencia.