¿Planea viajar a Japón? En 2026 subirán los visados y las tasas turísticas
Si está presupuestando un viaje a Japón en 2026, puede que tenga que reservar un poco más. El Gobierno japonés tiene previsto aumentar la tasa de salida internacional en 2026. Las tasas de los visados de entrada única y múltiple, que no se han actualizado desde 1978, también podrían subir sustancialmente.
Según 'The Nikkei' y 'Asahi Shimbun', los ingresos adicionales podrían utilizarse para mejorar las infraestructuras aeroportuarias, reforzar los controles de seguridad y financiar programas nacionales propuestos por el Gobierno entrante, como la gratuidad de la enseñanza secundaria.
Los ciudadanos japoneses también seguirían pagando la tasa de salida, pero las autoridades han planteado la idea de reducir las tasas de solicitud y renovación de pasaportes para compensar el coste para la población local.
¿Cuánto más podrían pagar los viajeros?
El impuesto de salida de Japón -una tasa que se cobra a todas las personas que abandonan el país, sobre todo a las que viajan en avión- se introdujo en 2019 con una tasa fija de 1.000 yenes (unos 5,50 euros). Las autoridades estudian ahora elevarla más cerca de los "estándares internacionales". Alemania, por ejemplo, cobra unas tasas de salida a los pasajeros aéreos que oscilan entre 15,53 y 39,34 euros para los países cercanos y 70,83 euros para el resto.
También se están revisando las tasas que Japón cobra desde hace décadas por los visados. Actualmente, un visado de entrada única cuesta unos 3.000 yenes (19 euros) y uno de entrada múltiple unos 6.000 yenes (38 euros). Si se equiparan a otras economías comparables -como las 127 libras esterlinas (150 euros) del Reino Unido o los 90 euros de la UE por un visado Schengen-, los viajeros podrían sufrir un importante aumento.
También se está preparando un nuevo sistema de control previo, conocido como Sistema Electrónico de Autorización de Viaje de Japón (JESTA), para 2028. Similar a la tasa ETIAS de 20 euros prevista en Europa, se aplicará a los nacionales de países exentos de visado y probablemente conllevará un cargo adicional de 6.000 yenes japoneses (36 euros).
¿Por qué ahora?
Las autoridades dicen que los cambios llegan con retraso. Las tasas de visado de Japón llevan casi medio siglo sin cambiar. Mientras tanto, el Gobierno ha tenido problemas para conseguir los 2.250 millones de euros necesarios para ampliar la matrícula gratuita a todos los estudiantes de secundaria, incluso a los que asisten a escuelas privadas, una política muy promocionada propuesta por la coalición del Partido Liberal Democrático.
Al aumentar las tasas que pagan principalmente los extranjeros, el Gobierno japonés espera poder generar nuevos ingresos sin imponer nuevas cargas a sus contribuyentes. Pero la medida también refleja el creciente malestar por el auge del turismo en el país y la presión que ha ejercido sobre las comunidades locales.
¿Cómo combate Japón el turismo excesivo?
Impulsado por su cultura milenaria, la energía incesante de ciudades como Tokio y una gastronomía increíble, el turismo en Japón ha superado con creces los niveles anteriores a la pandemia. Entre enero y septiembre de este año llegó la cifra récord de 31,6 millones de visitantes internacionales. Para gestionar la afluencia, varias regiones están introduciendo medidas para recalibrar el turismo y abordar su impacto en la vida cotidiana.
A principios de este mes, el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones aprobó un impuesto escalonado sobre el alojamiento en Kioto, que entrará en vigor el año que viene. Supone el primer aumento desde que se introdujo el gravamen en 2018 y se espera que duplique con creces los ingresos de la ciudad por impuestos de alojamiento, pasando de unos 32 millones de euros a unos 71 millones.
Con el nuevo sistema, los visitantes que se alojen en hoteles de lujo pagarán hasta 10.000 yenes (56 euros) por noche, mientras que los que lo hagan en alojamientos de gama media deberán abonar entre 1.000 y 4.000 yenes (5,50 y 23 euros). La tarifa más baja, 200 yenes (aproximadamente 1 euro), se aplicará a las estancias económicas de menos de 6.000 yenes (34 euros) por noche.
Las autoridades de Kioto afirman que el objetivo no es disuadir a los turistas, sino garantizar que paguen una parte de las medidas contra el turismo excesivo de la ciudad. Nicholas Smith, director digital de vacaciones de Thomas Cook, declaró a Euronews que este tipo de gravámenes "rara vez pretenden disuadir de viajar, sino que están pensados para reinvertir en las mismas cosas que hacen atractivas a las ciudades: conservación cultural, transporte público, limpieza y mejor gestión de los visitantes".
Una nueva líder y un cambio cultural
El debate sobre el número de visitantes ha adquirido un tono más agudo con la nueva primera ministra de Japón, la conservadora de línea dura Sanae Takaichi.
En un reciente vídeo de campaña, Takaichi -la primera mujer primera ministra de Japón- afirmaba que los turistas extranjeros habían estado pateando al famoso ciervo del parque de Nara. Según el 'New York Times', estas declaraciones se inscriben en una creciente ola de sentimiento antiinmigración y antiturismo que refleja el retroceso que se está produciendo en muchos países occidentales.
Con el aumento de las tasas y la creciente preocupación por el número de visitantes, Japón parece estar entrando en una nueva fase en la gestión de su floreciente industria turística.
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