El aumento de litigios post-M&A marca una nueva normalidad en el mercado transaccional

En los últimos años, los litigios derivados de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) han crecido de forma sostenida, impulsados por el aumento de operaciones complejas, las tensiones en la negociación de precios y un entorno regulatorio cada vez más exigente. La compraventa de empresas, lejos de cerrarse en el notario, a menudo se prolonga en los tribunales, tanto jurisdiccionales como arbitrales.
Claves para evitar litigios post-M&A
Prevención. Involucrar desde el inicio a equipos multidisciplinares, incluyendo expertos del área procesal, pública y regulatoria, permite detectar riesgos antes del cierre de la operación. Cuanto antes se implique el análisis procesal en la transacción, mayor capacidad habrá de blindar el contrato ante futuros litigios.
Rigor. Una due diligence exhaustiva y rigurosa es esencial para reducir la aparición de sorpresas que puedan derivar en demandas. Cada vez más inversores exigen una revisión rigurosa y sectorial, que incluya contingencias regulatorias, fiscales y ESG. La profundidad del análisis incide directamente en la estabilidad tras el cierre de la transacción.
Contratos claros. Las cláusulas contractuales más litigiosas suelen ser las relativas al ajuste de precio, las garantías y los límites de responsabilidad. Redactarlas con precisión, sin contradicciones internas, y prever qué mecanismos se activan ante un incumplimiento es esencial.
Mecanismos alternativos. Incluir procedimientos escalonados — como negociación, mediación o dispute boards — antes de acudir a la vía judicial o al arbitraje contribuye a resolver los desacuerdos sin judicializarlos.
Coordinación. Mantener una conexión continua entre los equipos transaccionales y contenciosos permite anticipar litigios potenciales y preparar estrategias efectivas.
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