Vicorva, la cosmética fundada por un par de amigos con dos millones de pesetas
Química Farmacéutica Vicorva nació de la amistad entre Arturo Ortiz, que trabajaba en un bufete de abogados, y Vicente Córcoles, empleado en una firma de químicas que fabricaba perfumes: empezaron a comercializarlos juntos entre sus conocidos, con bastante aceptación.
“Invertir en I+D es vital para nosotros”, afirma el fundador
“Hace ya años que nos dimos cuenta de que para nosotros invertir en I+D era vital”, manifiesta Vicente Córcoles. Desde esta convicción, Vicorva tiene en marcha un departamento con dos personas dedicadas exclusivamente a formular nuevos productos: en la última década ha desarrollado cosmética antipolución, para pieles sensibles o sometidas a tratamiento oncológico.
Ha impulsado una línea pionera de cosmética natural, con el apoyo del CDTI Innovación y fondos europeos Feder, que persigue reducir el uso de agua dulce, sustituyéndola por aguas vegetales recicladas, e incorporar materias primas de origen natural obtenidas mediante procesos de reaprovechamiento. Sus envases y packaging cuentan con certificación cero residuos. El cofundador asegura que pueden competir en calidad; también en rapidez a la hora de atender los pedidos: “Tenemos más de un millón de euros en stock”, anuncia. “Pero estamos un poquitín peor en marketing; no somos capaces de llegar donde llegan las grandes firmas”, admite.
Observa con temor la concatenación de crisis y conflictos internacionales que encarecen los precios de las materias primas y amenazan las cadenas de distribución globales. Los socios quieren ampliar su capacidad productiva, “y aumentar el número de trabajadores antes de jubilarnos”, acota. “Ambos tenemos una ambición enorme por continuar, y nuestros hijos se están curtiendo fuera de la empresa, pero llegado el momento nos encantaría que hicieran el relevo generacional”, confiesa.
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