Las claves: todo esto saldrá en los libros de historia

El primer ministro francés, François Bayrou, se juega en unos días su cargo y, de paso, su ambicioso –por recortador– proyecto de presupuestos. Y lo debe de ver tan negro que ha decidido abrir una serie de debates que ningún político con mínimas aspiraciones se atrevería a tocar, como son la herencia de la deuda pública que, dice, van a dejar los boomers a los jóvenes y, a renglón seguido, la insostenibilidad del sistema de pensiones. Bayrou defiende que las siguientes generaciones van a verse obligados a pagar “durante toda su vida” una deuda sobre la que nunca se han pronunciado, pero que ha sido asumida para la satisfacción de la generación del babyboom (y para mayor interés de una clase política que tiene clara la premisa de que para mantener el poder hay que satisfacer al mayor colectivo de votantes). Resulta desesperanzador que los responsables políticos solo se atrevan a tocar ciertos temas cuando están poco menos que de salida, y tras años de alimentar ellos mismos estos problemas. “Todo esto saldrá en los libros de historia”, decía la semana pasada el –de momento– jefe del Ejecutivo. Solo el tiempo dirá cómo.
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